FOTOS: ACG Morelia, Michoacán

En el corazón del Panteón Civil de Morelia, entre tumbas y recuerdos, viven almas que nadie visita. No son fantasmas ni figuras del pasado, sino gatos en situación de calle, invisibles para la mayoría, pero profundamente reales para quienes los cuidan.

Estos gaticos son los acompañantes de los difuntos, sin embargo, hace unos dias sufrieron un vil envenenamiento a manos de personas sin rostro, pero con desprecio por la vida.

La directora del Instituto Municipal de Protección Animal, Minerva Bautista Gómez, aseveró que al menos seis michitos fueron afectados por la ingesta de croquetas a las que se colocó un polvo blanco presumiblemente tóxico y agua con ácido muriático.

No descartó la funcionaria que esta cifra de mininos afectados pueda incrementar, ya que aún están en marcha las búsquedas por el predio. Por lo pronto, uno ya murió.

Bautista Gómez aseguró que se interpondrá la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado (FGE) y enfatizó que se espera en breve contar en el Panteón Civil con vigilancia y cámaras, para reducir el riesgo de incidentes.

El abandono animal no es solo una cuestión de falta de recursos, sino de falta de conciencia. La calle no es hogar para ningún ser vivo, y en lugar de erradicar el problema con veneno y violencia, es urgente apostar por la esterilización, la adopción y la empatía.

Los gatos del panteón no piden mucho, solo una oportunidad. Brenda y su madre, quienes llevan cinco años alimentando a los animales, siguen luchando por ellos, pero no deberían estar solas.

En lo que va de este año, se han detectado, al meno, cinco incidentes de envenenamiento de lomitos y michis en Morelia, en colonias como Villas del Pedregal, Colinas del Sur y Arko San Pedro.