Un caso que ha causado repudio entre defensores de los animales y habitantes del municipio de San Miguel de Horcasitas, Sonora, finalmente avanza en la justicia. Hugo Alejandro “N”, de 44 años, fue vinculado a proceso por haber disparado y matado a dos perros en un ataque deliberado ocurrido en mayo de este año.

De acuerdo con las autoridades, los hechos ocurrieron en la localidad de La Fábrica de Los Ángeles, donde el imputado, presuntamente molesto por la presencia de los canes en su calle, tomó un arma de fuego tipo rifle y abrió fuego contra ellos en dos momentos distintos. El primer disparo fue contra un perro de pelaje café que se encontraba en la vía pública; posteriormente, y frente al domicilio de una vecina, disparó contra “Cuco”, un perro conocido en la zona.

El ataque no solo fue presenciado por testigos, sino también por la dueña de uno de los animales, quien relató que el agresor expresó estar “cansado” de los perros y amenazó con hacer lo mismo con otros.

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La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora confirmó que el caso fue judicializado y que el sujeto enfrentará proceso penal. Un dictamen forense veterinario determinó que ambos animales murieron por heridas causadas por proyectiles de arma de fuego calibre .22, y que sufrieron un dolor extremo al no contar con posibilidad de escapar o defenderse.

Además, el historial del agresor revela que ya contaba con antecedentes penales: en 2011 fue sentenciado por el delito de abigeato (robo de ganado) y permaneció recluido en el Centro de Reinserción Social de Hermosillo.

Organizaciones y ciudadanos han exigido que se imponga una pena ejemplar, no solo por el acto de crueldad, sino también por el uso de un arma en un espacio público habitado. Este caso se suma a una creciente preocupación social por el maltrato animal y la necesidad de fortalecer las sanciones contra quienes cometen estos delitos.

Por ahora, el imputado permanecerá bajo proceso mientras continúan las audiencias. La comunidad espera justicia por la vida de dos seres que, según testimonios, eran parte del entorno y el cariño vecinal.

Fuente: El Heraldo de México