Morelia, Michoacán

El Congreso del Estado acumula ya dos iniciativas para prohibir las terapias de conversión y por lo menos una más que se heredó de la pasada legislatura. Las tres, de miembros del grupo parlamentario del Partido del Trabajo (PT), por lo que su coordinador, Reyes Galindo, urgió al pleno a que se dictaminen.

“Que se entienda de una vez por todas que lo único que necesita cura es la intolerancia y que avancemos pues hacia la consolidación de una sociedad cuya aspiración sea la felicidad de todas las personas”, instó el legilador.

Desde tribuna, por medio de un posicionamiento, el diputado puntualizó que sus compañeros Víctor Hugo Rangel y Vicente Gómez presentaron iniciativas para prohibir estas prácticas, que ya están penadas en 19 estados del país, y que él presentó una en 2022.

“Entre estas prácticas que degradan la integridad y dignidad humana se encuentran las mal denominadas ‘terapias de conversión’, también conocidas como ECOSIG (Esfuerzos para Corregir la Orientación Sexual e Identidad de Género). Se trata de un conjunto muy amplio de prácticas e intervenciones pseudocientíficas que se basan en la idea medicamente falsa de que la orientación sexual o la identidad de género de una persona puede y debe cambiarse”, puntualizó.

El diputado recordó que desde hace ya más de 35 años, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud eliminó la homosexualida de la lista de enfermedades psiquiátricas y que no hay evidencia científica que pruebe que por medio de estas terapias de conversión se pueda cambiar la orientación sexual de las personas pero sí de los daños físicos y emocionales que sufren quienes se someten a ellas, puesto que en la mayoría de los casos recurren a la tortura.

Reyes Galindo detalló que hay tres tipos de terapias de conversión: las psicoterapéuticas, que se basan “en la creencia de que la diversidad sexual o de género es provocada por una educación o experiencia anormal” y buscan “curarla” sometiendo a los pacientes a descargas eléctricas y drogas aplicadas al mismo tiempo que un estímulo relacionado con su orientación sexual, para buscar crear una aversión. Algo así como la película de la Naranja Mecánica.

Otro método es el médico, que parte de la idea de que la diversidad sexual es una disfunción biológica, por lo que se recetan tratamientos hormonales y están también los que se basan en la fe, a partir de la bandera de la moralidad y someten a las personas a “insultos, agresiones físicas, privación de alimentos y hasta exorcismos”.

Los únicos estados que faltan de tipficarlas en su legislación son, además de Michoacán, Guanajuato, Veracruz, Aguascalientes, Campeche, Tabasco, Chihuahua, Coahuila, Durango, Nayarit, San Luis Potosí y Tamaulipas.

Las iniciativas de los petistas fueron turnadas a la comisión de Justicia; sin embargo, existen señalamientos desde todos los grupos parlamentarios hacia esta comisión, presidida por la morenista Anbet Franco, en el sentido de que no dictamina sus iniciativas y se limita a trabajar únicamente las propuestas que llegan de parte del Gobierno del Estado.