Morelia, Michoacán, 03 de enero de 2025.- La epifanía se celebra como una fiesta de extraordinaria relevancia en la Iglesia Católica en todo el mundo. Pero, qué significado tiene el término de epifanía, ¿cuándo se celebra esta solemnidad?, ¿cómo se relaciona con los Reyes Magos?, ¿cuántas epifanías hay? Eso y mucho más responde Desde la fe.
¿Qué es la Epifanía del Señor?
La Epifanía es una fiesta de la luz. Benedicto XVI lo explica de esta forma: “Ha venido al mundo aquel que es la luz verdadera, aquel que hace que los hombres sean luz. Él les da el poder de ser hijos de Dios (cf. Jn 1,9.12)”.
Abundará años más tarde que el tema de la luz domina las solemnidades de la Navidad y de la Epifanía, que antiguamente —y aún hoy en Oriente— estaban unidas en una sola y gran “fiesta de la luz”. (Benedicto XVI, 2012).
De acuerdo con la explicación del papa viajero, la Epifanía significa “manifestación”. Y en esta fiesta se propone con vigor el tema de la luz: “Hoy el Mesías, que se manifestó en Belén a humildes pastores de la región, sigue revelándose como luz de los pueblos de todos los tiempos y de todos los lugares”.
Explica también que para los Magos, que acudieron de Oriente a adorarlo, “la luz del ‘rey de los judíos que ha nacido’ (Mt 2, 2) toma la forma de un astro celeste, tan brillante que atrae su mirada y los guía hasta Jerusalén”. (Juan Pablo II, 2002)
Por lo tanto, “Epifanía” significa “manifestación del Señor”, razón por la que a esta celebración también se le conoce como ‘Epifanía del Señor’.
¿Quién es la luz?
En la epifanía, el centro de todo es Dios mismo: “En el clima sugestivo de la Noche santa apareció la luz; nació Cristo, ‘luz de los pueblos’. Él es el ‘sol que nace de lo alto’ (Lc 1, 78), el sol que vino al mundo para disipar las tinieblas del mal e inundarlo con el esplendor del amor divino”.
Lo explica el papa Juan Pablo II, quien también cita al evangelista san Juan cuando afirma que: “La luz verdadera, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre” (Jn1, 9). (Juan Pablo II, 2002)
¿Cuándo celebra la Iglesia la epifanía de Reyes?
La Solemnidad de la Epifanía del Señor tiene su fecha el 6 de enero. Popularmente se le conoce como el día de los Reyes Magos. En esta festividad se celebra la revelación de Jesús a los hombres sabios, representados en quienes desde Belén llegaron para adorarlo.
Aunque la fecha de la Epifanía en el Calendario General de la Iglesia es el 6 de enero, en México y algunos otros países se celebra el domingo después del 1 de enero, con la finalidad de que más católicos puedan participar. Por lo tanto, en 2025 la Epifanía es el domingo, 5 de enero.
¿Cuántas y cuáles epifanías celebra la Iglesia?
La Iglesia Católica celebra 3 epifanías: la adoración del Niño Dios que se manifiesta como “luz del mundo”, el bautismo de Jesús, y el milagro de la transformación del agua en vino por intercesión de la Virgen María durante la celebración de las bodas de Caná.
Primero, la solemnidad de la Epifanía del Señor: “El Niño nacido en la noche de Belén se ‘manifiesta’ al mundo como luz de salvación para todos los pueblos. Unos Magos —narra el evangelio de san Mateo— llegaron de Oriente, adoraron al Niño y le ofrecieron dones simbólicos: oro al Rey, incienso a Dios y mirra al Hombre que será sepultado”.
No obstante, a ese episodio en particular, los padres de la Iglesia asociaron muy pronto otros dos, en los que Jesús manifestó su gloria: el bautismo en el río Jordán y las bodas de Caná. (Juan Pablo II, 2003)
¿Cómo se entiende cada epifanía?
Son tras “manifestaciones” concretas de Jesús al mundo y esta es la forma como cada una de ellas se entiende, según la visión de la Iglesia:
- La epifanía de los Reyes Magos, que se entiende como una manifestación a los paganos.
- La epifanía en el Bautismo del Señor, que se entiende como una manifestación a los judíos.
- La epifanía en las bodas de Caná de Galilea, que se entiende como una manifestación a sus discípulos.
¿Qué se celebra en las tres epifanías?
Se celebran las tres manifestaciones de la excepcional divinidad de Cristo: el Niño en Belén al ser adorado; Jesús bautizado por Juan en las aguas del río Jordán; en Caná cuando se revela en un milagro al transformar el agua en vino.
¿Cuál es la diferencia entre la epifanía de Oriente y Occidente?
En el Occidente, la Iglesia pone el acento en el recorrido de los llamados “Reyes Magos”, quienes atraídos por la luz que es Cristo, llegan hasta el Niño Jesús para rendirle adoración.
En el Oriente, en cambio, la Iglesia centra su mirada en la fiesta del Bautismo de san Juan, cuando Jesús es ungido por el Espíritu Santo y reconocido por el Padre como su Hijo amado. La celebración se realiza el domingo posterior a la fiesta de la Epifanía.
En ambos casos la manifestación es la misma. La revelación de Dios es un signo de la salvación universal, ya que el Mesías se presenta para la redención tanto del pueblo judío como de los gentiles.
Así lo sintetiza el Papa: “Al hacerse hombre en el seno de María, el Hijo de Dios vino no sólo para el pueblo de Israel, representado por los pastores de Belén, sino también para toda la humanidad, representada por los Magos. Y la Iglesia nos invita hoy a meditar y orar precisamente sobre los Magos y sobre su camino en busca del Mesías (cf. Mt 2, 1-12)”. (Benedicto XVI, 2011)
¿Qué representa la estrella en nuestra vida?
“La Palabra de Dios es la verdadera estrella que, en la incertidumbre de los discursos humanos, nos ofrece el inmenso esplendor de la verdad divina”, detalla el Papa Benedicto.
Mientras que sobre esto, Juan Pablo afirmará: “¡Cuán sugestivo es el símbolo de la estrella, que aparece en toda la iconografía de la Navidad y de la Epifanía!”. (Juan Pablo II, 2002).
Bajo esas ópticas, se nos hace una invitación: “Dejémonos guiar por la estrella, que es la Palabra de Dios; sigámosla en nuestra vida, caminando con la Iglesia, donde la Palabra ha plantado su tienda”.
Así, “nuestro camino estará siempre iluminado por una luz que ningún otro signo puede darnos. Y también nosotros podremos convertirnos en estrellas para los demás, reflejo de la luz que Cristo ha hecho brillar sobre nosotros”. (Benedicto XVI, 2011). (CON INFORMACIÓN DE: DESDE LA FE)