Niñas y niños, con rostros llenos de ilusión, se alinearon a lo largo del recorrido para saludar a Melchor, Gaspar y Baltazar en la Cabalgata de Reyes Magos en Morelia
Bajo un cielo nublado y un frío invernal, la tradicional Cabalgata de los Reyes Magos iluminó la noche de la bella Morelia, y reunió a miles de familias en las avenidas Acueducto y Madero.
Niñas y niños, con rostros llenos de ilusión, se alinearon a lo largo del recorrido para saludar a Melchor, Gaspar y Baltazar, quienes avanzaron en espectaculares carruajes que parecían sacados de un cuento de hadas.
El sonido de las campanas y la música festiva llenaban el aire mientras los carruajes se desplazaban lentamente, acompañados por luces, bailarines y animales que aportaban un toque mágico al desfile.
Los niños agitaban sus manos con emoción, algunos sosteniendo globos, otros apuntando con sus teléfonos para capturar el momento en que los Reyes Magos les sonreían y lanzaban caramelos.
El ambiente era de alegría colectiva. Familias completas, algunas con cobijas en mano para combatir el fresco de la noche, se unieron en una tradición que, año con año, conecta generaciones.
Los más pequeños, sentados sobre los hombros de sus padres, no perdían de vista los carruajes, mientras sus voces emocionadas repetían sin cesar: “¡Ahí está Melchor! ¡Ahí está Baltazar!”.
El punto culminante llegó cuando los Reyes Magos descendieron frente a Catedral, donde un escenario lleno de luces los recibió para el acto final.
Los asistentes aplaudieron y vitorearon mientras los protagonistas de la noche se dirigían al público, agradeciendo la calidez con la que fueron recibidos.
La celebración concluyó con la entrega de roscas y atole caliente, un gesto que unió a las familias en un momento de convivencia y tradición.
En cada rincón del Centro Histórico se respiraba un aire de magia y esperanza, mientras la Cabalgata de los Reyes Magos reafirmaba su lugar como una de las festividades más queridas por los morelianos.