A mis amadas Alejandra, Fer y Sofi. Gracias por hacer que mi corazón no quepa de tanto amor.
Jorge A. Amaral
Como ya habíamos platicado en anteriores entregas, la derecha tiene hondas raíces en México, y pese al avance en la obtención de respeto a los derechos de diversos sectores, aún hay quienes viven a principios del siglo XX y abogan por regresar en el tiempo. Muchos de ellos dicen que para oponerse al gobierno “comunista” de la 4T y se molestan por reformas progresistas.
El caso más reciente lo hemos visto con la exalcaldesa de Cuauhtémoc, en la Ciudad de México, Sandra Cuevas, quien, luego de romper con el PRI, Pan y PRD (que la pusieron en la alcaldía) y después de su malograda candidatura al Senado por Movimiento Ciudadano, ahora hasta ha creado un grupo empresarial (que lleva su nombre, fiel al estilo narcisista de la señora) para apuntalar financieramente a su organización política, con la que busca competir por la presidencia en 2030.
Pero Sandra Cuevas, recodémoslo, el Christian Nodal de la política: nunca ofrece nada diferente, nada propio, sólo toma de aquí y de allá, así que se apropia de los ya manoseados eslóganes de asociaciones ultraconservadoras para que los incautos vean con seriedad a su agrupación, llamada Por la Familia y la Seguridad de México. Sí, adivinó: promete ser una oposición diferente y responsable porque –sí, adivinó también– “México va en picada tras una elección de Estado”, y es que –efectivamente, volvió a adivinar– “el problema de nuestro país es que no hay una oposición. Los partidos políticos tradicionales son parte de un sistema que ya está agotado y desprestigiado”. Además ofrece “rescatar a la familia”, y para ello ha tenido encuentros con miembros de la Conferencia Política de Acción Conservadora (CPAC), esa asociación internacional de ultraderecha que congrega a católicos antiabortistas, antifeministas y gente que quisiera borrar de la faz de la Tierra a la comunidad LGBT y a cualquier cosa que parezca de izquierda.
Pero la exalcaldesa de Cuauhtémoc no es la única, porque El Yunke también ha lanzado su propuesta de nuevo partido político: México Republicano, liderado por el ya conocido ultraderechista Juan Iván Peña Neder, y tiene asesoría del estadounidense Larry Rubin, un militante republicano. Desde 2023 fue reconocido como partido local en Chihuahua pero en este año perdió el registro, aunque ya en 2022 buscaba desarrollar un grupo de presión en Washington para los mexicoamericanos.
Su líder visible, Peña Neder, ha sido acusado de violencia sexual, racismo, corrupción y de abrazar el fascismo. Trabajó en el gobierno de Felipe Calderón y en 2013 creó el grupo México Despierta, de tendencia fascista y antisemita, a favor de la supremacía aria y la esterilización de los pueblos indígenas, según reportes de Arestegui Noticias. El expanista admira a Adolf Hitler, tan es así que en 2013, en La Jornada salió una foto donde está de pie frente a una espada y un escudo cruzado, con el brazo derecho extendido, haciendo un saludo nazi. Además, en 2011, Peña Neder fue encarcelado por su participación en la violación en grupo de su exesposa. Fue considerado un “sujeto peligroso” y trasladado a una prisión de máxima seguridad. Dos años más tarde, obtuvo la liberación anticipada tras las aparentes intervenciones de funcionarios de alto nivel del PAN. Hoy se presenta como un trumpista mexicano.
Y es que, con el progreso en las luchas de diversos sectores por sus derechos y con todo y que muchos de esos derechos ya están consagrados en la Constitución, sigue viva una reacción muy violenta y agresiva que se congrega en grupos anti LGBT, antiaborto y xenófobos. Pero no son aislados, se conectan con movimientos internacionales de extrema derecha, sobre todo de Estados Unidos y España, lo que ha dado pie a que, aunque a veces en las cloacas, a veces incluso integrados a partidos políticos, estén grupos que buscan seguir marginando a los migrantes, a los pueblos originarios y a los afromexicanos y a todo aquel que manifieste alguna diferencias respecto del molde católico tradicional.
En un informe del Proyecto Global contra el Odio y el Extremismo ((GPAHE, por sus siglas en inglés) se da cuenta de varios de esos grupos que, algunos de ellos, a simple vista parecen inofensivos, pero que usan el odio como arma y motivo, representando un serio retroceso en una sociedad que tampoco se ha caracterizado por ser muy progresista que digamos. Hablemos de algunas de ellas.
Abogados Cristianos, aunque con sede en Valladolid, España, tiene su filial mexicana y opera en toda Latinoamérica. Tiene nexos con El Yunque y está conformada por abogados, fiscales, juristas, profesores y estudiantes de derecho que trabajan en el marco legal para restringir el derecho al aborto, anular los derechos de la comunidad LGBTQ y acabar con toda ideología de género, además defienden las terapias de conversión (prohibidas en la ley). Su lema en México: “libertad religiosa, vida y familia”.
El Congreso Iberoamericano por la Vida y la Familia es una organización evangélica que nació en 2017 en la Ciudad de México para oponerse a la legalización del aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo. Dicen que representan a 130 organizaciones en México y se oponen a lo que se cataloga como “agenda globalista”, y por ello luchan contra la ideología de género, son antiaborto y se oponen a la educación sexual en las escuelas, pues dicen que su misión es “defender la vida y la familia a través de la política pública”.
El Frente Nacional por la Familia tiene seguidores en todo el país, así como en algunos sitios de Estados Unidos, y se les considera asociación civil católica de extrema derecha y anti LGBT. Como todos los de su tipo, dicen que defienden a la familia y los valores tradicionales. Este grupo nació durante la administración de Enrique Peña Nieto, cuando en 2016 se presentó la iniciativa de legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo a nivel federal y permitirles adoptar niño. También apoyan el uso de las terapias de conversión, con las que se busca cambiar la orientación o identidad sexual de una persona pero que la ONU cataloga como tortura.
Patria Unida por un México Valiente, con sede en la Ciudad de México, es anti LGBT, anti transgénero, es nacionalista y religioso con tendencia a la extrema derecha con vínculos con simpatizantes de Donald Trump en Estados Unidos y Vox en España. Pero también tiene nexos con personajes del Partidos Acción Nacional. Gracias a que son agresivos anticomunistas, antitransgénero, antifeministas, antiderechos reproductivos de las mujeres, anti LGBT y católicos recalcitrantes, son parte del Foro de Madrid y de la Coalición de Políticas Conservadoras Estados Unidos-México
La Unión Nacional de Padres de Familia es la más longeva de estas organizaciones, fue fundada por Manuel de la Peza el 27 de abril de 1917, luego de que se firmara la Constitución mexicana, que ordenaba que la educación debe ser laica. También se opusieron al concepto mismo de educación sexual en 1933 hasta el establecimiento de la educación sexual en los libros de texto gratuitos en la década de 1970. También tiene un amplio historial de campañas contra la planificación familiar mediante anticonceptivos, el aborto, el erotismo, los derechos LGBT, el divorcio, la prohibición de la terapia de conversión y cualquier cosa que vaya en contra lo que ellos consideran que forma parte de ser católico.
Pero no todos son grupos religiosos, porque el Frente Nacionalista de México, con presencia en la Ciudad de México, Morelos, Guerrero, San Luis Potosí, Oaxaca, Puebla, Chihuahua y Guanajuato, es de corte antiinmigrante y antisemita. Se creó en 2006 con el nombre de Organización por la Voluntad Nacional, pero lo cambió en 2012. Se presume que tiene hasta 3 mil miembros que enarbolan la bandera de “México para los mexicanos” y simpatizan con el ultraderechista más mediático del momento, Eduardo Verástegui.
El grupo Unión, Nación, Revolución, con sedes en Nuevo León, Ciudad de México, Jalisco, y Coahuila, es de corte neonazi, antisemita. Su inspiración es el escritor fascista mexicano José Luis Ontiveros, el peronismo y el fascista español José Antonio Primo de Rivera. La agrupación está afiliada a Blocco Studentesco, un grupo neofascista italiano. En las ciudades donde tiene presencia se deja ver mediante calcomanías fascistas, realiza contraprotestas en días festivos, como el Día del Trabajo, además de organizar y patrocinar conciertos de música neonazi.
¿Por qué le digo todo esto? Porque se viene un nuevo año y vivimos tiempos tiempos convulsos, en que lo menos necesitamos son discursos de odio. No hay que caer en la trampa de esos discursos. Por todo lo demás, que tenga felices fiestas y, si es católico, una feliz Navidad y un gran 2025. Nos leemos pronto. Es cuánto.