Morelia, Michoacán
No hay quizá momento de más éxtasis y adrenalina con Isaac Fonseca, que cuando reta a la muerte colocándose de rodillas en el centro del ruedo para recibir al toro y burlarlo con el capote.
A esa forma de recibir al toro de lidia le llaman ‘a portagayola’ y, en julio del 2016, le costó la vida al matador Víctor Barrio en la plaza de Teruel, España, y a José Alberto Ortega lo mandó grave al hospital al ser corneado en Tlaxcala, México el año pasado. Sufrió fractura en hueso temporal, luxación mandibular e irrupción craneal.
Y Fonseca lo sabe, conoce el riesgo, pero asegura que la satisfacción de ver al público maravillado lo vale.
“Es mucha adrenalina, mucho miedo, pero también es valentía lo que sale ahí. Veo cómo la gente se emociona, las miradas que alcanzo a ver en esos momentos y es muy bonita la emoción cuando viene el toro galopando y logro hacer mi cometido, que es pasármelo por la espalda, de rodillas por el frente, y cuando se escucha el ‘olé’ vale la pena”, confiesa en entrevista con Primera Plana MX.
De cara a la corrida que tendrá en Morelia junto a Andrés Roca Rey y Paola San Román, este sábado 1 de febrero, el moreliano de 26 años -dos de ellos como matador y un par de indultos en su haber-, dice que la emoción de ver venir al toro es indescriptible.
“Eso me llena y me motiva, y al salir a rematar esa tanda, salir con el público y ver la gente puesta en pie, verla maravillada y diciendo ‘qué valentía’, pues es esa emoción del público la que me llena también”, comenta.
- ¿Cuál ha sido hasta ahora el percance más grave que haz tenido como torero?
En el mes de junio un toro me luxó el codo, eso es muy doloroso. Las cornadas que he tenido también lo son, aunque gracias a Dios no han sido muy graves, pero esta luxación sí se sintió un dolor muy fuerte y la recuperación fue también fuerte, porque el mínimo de recuperación en ese tipo de lesiones son seis meses y yo en dos meses ya estaba volviendo a torear. Fue una recuperación tremenda, con un dolor muy fuerte.
- ¿Cómo haces para superar el miedo cuando estás ante toros de 500 o 600 kilos de peso?
Creo que es el espíritu que uno tiene, también las ganas y sobre todo la aceptación de lo que es tu profesión. Cuando uno acepta lo que hay delante, los riesgos que conlleva, pues en automático el cuerpo se mentaliza, tú entrenas también y físicamente te tienes que poner fuerte.
Con todos esos argumentos, ya tu mente y espíritu dicen ‘vamos para adelante’, porque si no pasara, en el primer momento cuando pasan volteretas como la que me dio el toro, pues humanamente dices ya no, pero para esta profesión hay que ir un poco más allá de lo normal. Suena loco, pero hay que ir un poco más allá de lo humano.
- Podríamos decir que estás en el mejor momento de tu carrera, ¿cómo lo estás viviendo?
Muy bonito. Cuando uno sigue toreando vas agarrando tablas, como en cualquier otra profesión. Estoy agarrando madurez; llevo dos años de matador de toros y es muy bonito, tanto así que esta semana voy a tener tres compromisos consecutivos en plazas de gran categoría, plazas de primera. Estoy contento, pero también con el compromiso de estar lo mejor que se pueda.
- ¿Qué opinas de la participación de la mujer en la fiesta brava, no solamente como toreras, sino también empresarias?
Lo considero fundamental, y qué maravilla que han cambiado los tiempos en donde se le respeta a la mujer en todos sus derechos. Han sido cambios para bien, eso me da una alegría enorme, y que se les pueda incluir, porque todos tenemos las mismas posibilidades. Da gusto que haya toreras, novilleras, monosabias, empresarias, aparte de que la mujer es símbolo de belleza y eso engrandece la profesión.
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