El obispo de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, llamó a la justicia y a defender que cada persona tiene derecho a la vida; también pidió orar por aquellos que se dedican a hacer el mal para que cambien de vida.
Juan Carlos Huante / La Voz de Michoacán
Fotos: cortesía de Giovanni Hernández y David Villanueva, del Semanario Emaús
Morelia, Michoacán. En los muros del templo parroquial de San José, de la comunidad de San José de Mendoza, municipio de Salamanca, Guanajuato, quedan las huellas de las balas de grueso calibre que acabaron con la vida de ocho jóvenes el pasado domingo 16 de marzo.
Este lunes, uno a uno, los féretros fueron llegando al recinto religioso, entre música, porras y un ambiente de dolor que ha cimbrado a esta localidad. “Te amaremos siempre, Dani”, “Por todos nuestro angelitos”, “Justicia”, se lee en algunas pancartas que llevaban otros jóvenes.
En la Misa, presidida por el obispo de la diócesis de Irapuato, Enrique Díaz Díaz, el nombre pronunciado de cada una de las víctimas fue acompañado del grito “vive”: Bruno Jesús Reyes Ríos, Edwin Yael Vidal Ríos, Alexis Ramírez Hernández, Juan Flaviano Ríos, Daniel Estrada, Miguel Aguayo, Fernando Andrade Aguayo y Juan Martín Núñez Mondragón.
“Los guardaremos en el corazón y que a cada nombre de los jóvenes digamos ‘vive’, porque nuestros jóvenes viven”, dijo el prelado.
En la homilía, Enrique Díaz llamo a la justicia, a defender que cada persona tiene derecho a la vida y debe ser cuidada, protegida, en especial la de los jóvenes.
“Y hoy se siente este gran dolor, pero también un gran compromiso de cada uno seguir buscando, luchando y construyendo la paz”.
Recalcó que no se puede resignar nunca a la injusticia ni acostumbrarse nunca a la violencia, ni en el hogar, ni en la comunidad, ni en la propia Patria, “porque la violencia nunca es solución a los problemas, porque la guerra siempre trae dolor y muerte”.
“Un crimen tan horrendo no puede quedar en el anonimato, tiene que ser semilla de paz, semilla de verdad, que tiene que fecundar nuestra sociedad, nuestra Iglesia y nuestro país”.
El obispo incluso pidió orar por aquellos que se dedican a hacer el mal, pera que cambien, y también por aquellos jóvenes que han caído en las redes del crimen organizado.
“Elevemos nuestras oraciones al Señor, pidamos por todos aquellos que se dedican hacer el mal, hay tantos jóvenes que han caído ese estas redes y les hacemos un llamado a la conversión, a cambiar de vida y también por ellos hacemos nuestra oración”.