La tranquilidad de un conjunto residencial en Bogotá se vio interrumpida por un hecho que estremeció a toda Colombia: un menor de 14 años fue declarado responsable del homicidio de su padre, un militar activo de 42 años, y de su hermana de apenas 7, a quienes atacó con un cuchillo dentro de su propio hogar.
De acuerdo con la investigación, el adolescente esperaba la llegada de su madre en la puerta del domicilio, aún con el arma blanca en las manos tras haber cometido el doble homicidio. Al verla entrar, intentó agredirla físicamente, tomándola por el cuello y golpeándola en el pecho. La mujer, aunque herida, consiguió pedir auxilio a los vigilantes del conjunto residencial, quienes intervinieron a tiempo y evitaron una tragedia mayor.
La posterior revisión forense determinó que el padre perdió la vida tras recibir más de un centenar de puñaladas, mientras que la niña murió al intentar protegerlo durante el ataque.
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Casi un año después de los hechos, el joven confesó su responsabilidad y argumentó que actuó impulsado por los constantes regaños y malos tratos de su padre hacia la familia. La declaración permitió esclarecer un caso que inicialmente había generado sospechas sobre la madre, quien llegó a estar detenida debido a las inconsistencias en su testimonio inicial, pero más tarde fue exonerada por la Fiscalía.
El adolescente fue condenado a seis años de internamiento en un centro especializado para menores de edad, el máximo castigo permitido bajo la legislación colombiana para alguien de su edad.
El caso ha generado un fuerte debate en la sociedad sobre los límites de la justicia juvenil, el impacto de la violencia intrafamiliar y las medidas de prevención necesarias para evitar que tragedias similares se repitan.
Fuente: El imparcial