Después de casi cinco años de incertidumbre, los restos del menor Rafael Huerta Vega, desparecido en 2020, fueron identificados gracias a pruebas genéticas realizadas por la Fiscalía General de Puebla. Los restos óseos fueron encontrados enterrados en la misma casa donde vivía con su padre y su madrastra, en la colonia Playas del Sur.
La búsqueda del menor, conocido como Rafita, había sido impulsada durante años por su madre, Teresa Vega, miembro activo del colectivo Voz de los Desaparecidos Puebla; fue precisamente esta organización la que confirmó públicamente este día que el cuerpo hallado corresponde al del niño, quien tenía apenas 12 años al momento de su desaparición.
El hallazgo se produjo el pasado 14 de abril, cuando autoridades estatales realizaron una nueva incursión en la vivienda familiar, tras una inspección inicial sin resultados en noviembre de 2020. En el que aquel primer intento ocurrió semanas después de que Rafita fuera reportado como desaparecido por su madrastra, María Elva N., quien afirmó entonces que el niño no regresó tras ir a comprar una lata de frijoles.
Lo que en su momento parecía una desaparición común, rápidamente despertó sospechas, apenas dos días después del reporte, la madrastra, el padre del menor y dos hijas de ella abandonaron la vivienda sin dar más explicaciones. La casa permaneció cerrada por años, hasta que la Comisión Estatal de Búsqueda retomó la revisión del lugar este 2025.
Hasta el momento, la Fiscalía de Puebla no ha emitido comunicado alguno sobre el caso, ni ha informado si existen personas detenidas por la presunta responsabilidad en el crimen. La omisión ha sido criticada por colectivos y familiares de desaparecidos, quienes exigen justicia y transparencia.
Teresa Vega, la madre del menor, recibirá en los próximos días los restos de su hijo para darles sepultura. Su lucha se suma a la de cientos de familiares que siguen buscando a sus seres queridos en un país donde la impunidad y las desapariciones siguen marcando el día a día.
Fuente: Proceso