Una reciente atención médica en la ciudad de Peshawar ha vuelto a encender el debate sobre la influencia de creencias tradicionales extremas y la presión cultural que enfrentan muchas mujeres en algunas regiones del sur de Asia para concebir hijos varones.
Una mujer embarazada, madre de tres niñas, llegó a un hospital local con una lesión en el cráneo causada por la inserción de un objeto metálico. De acuerdo con los médicos que la atendieron, la paciente presentaba dolor intenso y había intentado extraerse ella misma el objeto antes de buscar ayuda. Afortunadamente, la intervención oportuna evitó complicaciones mayores.
Aunque las circunstancias específicas del caso aún están bajo investigación, el hecho ha sido relacionado con promesas de rituales esotéricos que aseguran alterar el sexo del bebé, un fenómeno que no es desconocido en ciertas comunidades rurales y empobrecidas.
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En varias partes de Pakistán, persiste una fuerte preferencia por los hijos varones, quienes son vistos como garantes del sustento económico, del legado familiar y del apoyo en la vejez. Esta visión patriarcal, profundamente arraigada, ha llevado a la marginación y discriminación de las niñas desde el nacimiento, e incluso ha dado paso a prácticas riesgosas para las mujeres, quienes llegan a someterse a rituales sin base científica ni respaldo religioso real.
Instituciones médicas y líderes religiosos han condenado enérgicamente este tipo de actos, advirtiendo sobre los riesgos físicos y psicológicos que implican. Organizaciones defensoras de los derechos humanos también han aprovechado el caso para exigir políticas más efectivas de educación, salud reproductiva y protección para mujeres que viven bajo presión familiar o comunitaria.
Fuente: Publimetro México