El jurista expuso que, si se comprueba que existe un vínculo directo entre el trabajo y la afectación, el empleador es responsable de cubrir los gastos médicos e incluso indemnizar al trabajador.

Redacción / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. El síndrome de burnout y el túnel carpiano son algunas de las afecciones de salud que pueden surgir durante la prestación de los servicios laborales y que, en caso de presentarse, pueden ser indemnizadas a través de un juicio, indicó David Armando Leyva, juez laboral de Morelia.

En un episodio del podcast "El Arte de lo Bueno y lo Justo" del Poder Judicial de Michoacán, el especialista explicó que la salud laboral se define como “las condiciones físicas, mentales y sociales óptimas en las cuales una persona trabajadora desarrolla sus actividades laborales”. Si un trabajador sufre una afección relacionada con su labor, puede acreditarlo en un juicio, demostrando la causalidad, es decir, cómo ocurrió el incidente.

“La ley establece una tabla de enfermedades laborales que son las que más comúnmente se presentan. Si un trabajador sufre una afectación de salud o un accidente debido a la prestación de sus labores, puede acreditarlo en un juicio, estableciendo la causalidad, es decir, cómo se produjo el daño”, explicó.

El jurista detalló que, si se comprueba la relación directa entre el trabajo y la afectación, el empleador será responsable de cubrir los gastos de hospitalización, tratamientos médicos, quirúrgicos, medicamentos, prótesis e incluso indemnizar al trabajador.

Esta indemnización puede ser parcial o temporal, cubriendo el salario durante el tiempo en que el trabajador no pueda desempeñar sus funciones debido a la afectación. También puede ser permanente parcial, dependiendo del grado de afectación en algún miembro o movilidad, con un pago de hasta 1,095 días de salario.

Por otro lado, en el caso de una incapacidad total y permanente, donde el trabajador no puede valerse por sí mismo, la indemnización cubrirá el 100% de esos 1,095 días de salario. En situaciones de muerte o desaparición, la indemnización será de 5,000 días de salario, además de dos meses de salario para cubrir los gastos funerarios.

El juez explicó la diferencia entre accidentes y enfermedades laborales. El accidente es una alteración orgánica o pérdida de capacidad que ocurre de forma repentina, como una caída, un corte, un golpe o el contacto con sustancias nocivas. En cambio, la enfermedad es un estado patológico que se desarrolla por una exposición repetida, como el contacto frecuente con un agente patógeno en el entorno laboral.

Asimismo, destacó que el agotamiento crónico, como el síndrome de burnout, producto de las actividades laborales, que genera afectaciones tanto psicológicas como fisiológicas, también se considera un riesgo de trabajo. Un ejemplo común de afecciones derivadas del uso de tecnología es el síndrome del túnel carpiano, causado por el uso excesivo del ratón o el teclado.

A su vez, el juez explicó que antes, el sistema de justicia laboral se basaba principalmente en las Juntas de Conciliación y Arbitraje, integradas por representantes obreros, patronales y gubernamentales, que exploraban alternativas de negociación para resolver conflictos laborales. Sin embargo, debido a problemas presupuestales, políticos y organizacionales, se generó una sobrecarga de trabajo y un retraso en la tramitación de los casos, lo que dificultó la impartición de justicia.

Por esta razón, en 2017 se reformó la Ley General de Trabajo y, en 2019, se implementó un nuevo sistema que incluye instancias conciliadoras previas a las demandas, la creación de tribunales laborales y el compromiso de resolver los juicios laborales en un lapso de seis meses.

Finalmente, el juez concluyó que “el trabajo debe potenciar la dignidad humana” y subrayó que lo ideal no es trabajar solo por subsistencia, sino que el trabajo debe permitir obtener beneficios económicos y, además, brindar la oportunidad de explotar nuestras capacidades y ser socialmente útiles para todos.