Alejandra Guzmán enfrenta el luto por Silvia Pinal con fortaleza, recordando su legado y superando el duelo.
La cantante Alejandra Guzmán regresó a los escenarios una semana después del fallecimiento de su madre, doña Silvia Pinal. Entre lágrimas, compartió cómo está sobrellevando el duelo por la pérdida de su madre.
En una conversación con Alan Tacher, la intérprete de “Rosas rojas” reflexionó sobre lo que ha significado perder a Silvia Pinal. Recordó la polémica que surgió cuando le dedicó la canción “Bye mamá” y habló sobre la herencia de su madre, la matriarca de la dinastía Pinal.
Acerca de la ausencia de su hermano Luis Enrique en el homenaje póstumo en el Palacio de Bellas Artes, Guzmán explicó:
“Sí, está bien, él fue el que no apareció, pero también lo tiraron en la moto un día anterior, los medios se portaron muy gruesos, la verdad, eh… está bien, está triste, está movido. Fue el más cercano a ella, fue el consentido. Vive en parte de la casa y en la otra parte Silvita también vive ahí, y entonces como yo siempre fui muy rebelde, y me salí de esa casa muy chava”.
Enfrentando el luto de la pérdida del ícono Silvia Pinal
A pesar del dolor por la pérdida, Alejandra destacó que las decisiones de su juventud le han ayudado a enfrentar la partida de su madre:
“Siento que esto me está ayudando a mí también a soltar, y a dejar que las cosas tomen su curso, pero yo estoy agradecida de que me haya regalado tantas cosas en su muerte, y que me haya dejado estar ahí, conectada con ella, tocándola. Entonces cuando yo estaba en el féretro, me tocó así Gio, que es mi sobrina, y yo sentía que era ella. Cuando dices: ‘híjole, que ching*n tener esta casta, qué bonito tener este linaje’, soy su gallo, y siempre me dijo: ‘tú eres mi gallo eh, y tienes que ir al ballet’, y me mandaba al ballet”, explicó la famosa.
La Guzmán recordó la fuerte diferencia que tuvo con su madre cuando decidió seguir su sueño de ser cantante y le dedicó el sencillo “Bye mamá”.
“Me odió, pero yo no escribí esa canción, a mí me la escribió Miguel Blasco, entonces me dejó de hablar seis meses, y la verdad es una canción muy fuerte, decir: ‘oye, yo te vi nada más en un póster, y yo ya me voy a hacer mi carrera, y aunque quede un átomo del sendero, yo lo voy a hacer’, y creo que sigo siendo esa Alejandra. No estuvo mal que yo saliera muy chavita de mi casa, porque ahorita digo: ‘no me gustaría estar ahí, en este momento no’”.
Cuando Alan le preguntó qué la hacía llorar en estos momentos, Alejandra no pudo contener las lágrimas y aclaró:
“Llorar es rico, me hace llorar, pero de orgullo, llorar de agradecimiento, llorar de emoción, de decir: ‘híjole mami, todavía siento tu energía, todavía siento tu adiós, todavía siento, digo no es fácil, porque te dicen: ‘el show debe continuar cabr*n’, y sí, pero, eso es lo que me hace llorar, decir: ‘sí’, llorar con gusto, llorar de verdad… es un llanto, no es de dolor, es un duelo, pero es un duelo que llevo con orgullo, es un luto que me está forjando como persona y como hija, y no le voy a fallar”.
Sobre el legado de Silvia Pinal, en especial la casa donde pasó sus últimos días, Alejandra comentó: “No sé (si la venderán) a mí me dijeron que me la había dejado a mí, pero yo ya tengo mi casa, entonces yo no sé, realmente es lo que menos me importa, pero sí, en algún momento vamos a tener que leer el testamento, mi mamá tenía muchísimas cosas, pero todo lo dejó superorganizado, no se le va una”.
Aunque agradece lo que su madre le dejó, Alejandra enfatizó que no es una persona que se interese por lo material.
“Yo una vez le presté dinero para comprar su teatro Silvia Pinal y ella me pagó con un departamento que tengo por ahí en Bucareli, y todo lo que ella me dejó, ¡qué padre que me lo haya dejado!, aunque yo no soy tan materialista, no me importa lo material”, subrayó.
Finalmente, Tacher mencionó la importancia de la herencia, ya que muchas familias se distancian por esto, pero Alejandra simplemente afirmó: “Yo empecé a ver cosas de la inmobiliaria y de la asociación, cosas que no me gustaron…”.
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