Explorando la vida de Salvador Dalí, desde sus inicios hasta su fama mundial.
La vida de Salvador Dalí estuvo marcada por eventos significativos desde antes de su nacimiento. En 1903, meses antes de que Dalí viniera al mundo, su hermano mayor, Salvador Galo Anselmo, falleció debido a una infección estomacal, un suceso que influiría profundamente en su vida.
A los cinco años, al visitar la tumba de su hermano, sus padres le revelaron que él era la reencarnación de su hermano, lo que desencadenó una crisis de personalidad en el joven Dalí.
Dalí alguna vez expresó que él y su hermano ‘nos parecíamos como dos gotas de agua, pero dábamos reflejos diferentes… Mi hermano era probablemente una primera visión de mí mismo, pero según una concepción demasiado absoluta’.
Esta profunda conexión lo llevó a pintar ‘Retrato de mi hermano muerto’ en 1963.
Juventud
Durante su juventud, Salvador fue un estudiante promedio, cambiando de escuela varias veces por decisión de su padre.
En 1916, descubrió su pasión por la pintura gracias a la influencia de la familia del pintor catalán Ramón Pichot.
A los catorce años, Dalí ya participaba en exposiciones locales en Figueres y en Barcelona, donde recibió su primer premio.
La muerte de su madre, Felipa, en 1921 debido a un cáncer de útero, fue un duro golpe para Dalí, quien confesó que ‘fue el golpe más fuerte que he recibido en mi vida. La adoraba. No podía resignarme a la pérdida del ser con quien contaba para hacer invisibles las inevitables manchas de mi alma’.
Estudiante en Madrid
Dalí se mudó a Madrid poco después para estudiar en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, donde su excentricidad y estilo victoriano no pasaron desapercibidos.
A pesar de enfrentar desafíos, incluyendo una breve estancia en prisión en 1924 y su expulsión de la academia en 1926, Dalí no cesó en su empeño creativo.
Algunas obras representativas de Salvador Dalí / Fotos: Internet
Viaje a París y fama mundial
En 1927, Dalí fortaleció lazos con figuras como García Lorca y Luis Buñuel en Cadaqués, y con ellos exploró nuevos horizontes artísticos.
Su primer viaje a París en 1929 marcó el inicio de su asociación con el surrealismo, gracias a su amistad con Joan Miró y su encuentro con André Breton.
En París, Dalí también conoció a Gala, quien se convertiría en su musa y compañera de vida, a pesar de la desaprobación de su padre.
La obra ‘La persistencia de la memoria’ de 1931, con sus icónicos relojes derretidos, consolidó su fama.
Posteriormente, Dalí y Gala se casaron en 1934, y durante un viaje a Italia, el artista comenzó a interesarse por los temas religiosos, que incorporó a su arte surrealista.
A su regreso a España en 1949, Dalí continuó su producción artística y cultivó su personalidad extravagante hasta su muerte en Figueras el 23 de enero de 1989, dejando un legado inigualable en el mundo del arte.