Cada año, con la llegada del Año Nuevo, muchas personas celebran con fuegos artificiales y pirotecnia, buscando añadir brillo y emoción a dicha festividad.
Sin embargo, es importante reflexionar sobre los impactos negativos que el uso de pirotecnia tiene, no solo en el medio ambiente, sino también en la salud y el bienestar de muchas personas y animales.
En primer lugar, el ruido de los petardos y fuegos artificiales puede causar gran angustia en personas con trastornos del espectro autista, como el autismo, así como en aquellos que padecen trastornos de ansiedad o estrés postraumático.
Además, los animales, especialmente los perros y gatos, son extremadamente sensibles a los ruidos fuertes, lo que puede llevarlos a sufrir episodios de pánico, desorientación y hasta lesiones.
La pirotecnia también tiene efectos dañinos sobre el medio ambiente. La quema de estos productos libera sustancias tóxicas al aire, que contribuyen a la contaminación y pueden afectar la calidad del aire, perjudicando la salud de personas con afecciones respiratorias.
Por último, los fuegos artificiales son responsables de numerosos accidentes, muchos de los cuales pueden ser graves.
Las quemaduras, las heridas y los daños materiales son consecuencias recurrentes de su uso inapropiado.
Por estas razones, es fundamental promover celebraciones más responsables y respetuosas con el entorno y las personas.
Hay alternativas mucho más seguras y ecológicas para disfrutar de la llegada del Año Nuevo, como los espectáculos de luces led, que brindan un espectáculo visual impresionante sin los riesgos asociados a la pirotecnia.
Este Año Nuevo, celebrémoslo con alegría, pero también con responsabilidad, creando un ambiente más inclusivo, seguro y saludable para todos.