María Corina Machado: Premio Nobel de la Paz 2025
Yurisha Andrade Morales*
Desde 1895, el Premio Nobel se entrega a personas que se destacan por realizar aportaciones fundamentales en la ciencia y para beneficiar a la sociedad. Su creador, el ingeniero sueco Alfred Nobel, heredó su fortuna personal para reconocer a quienes realizaran los mayores beneficios a la humanidad en los campos de la física, química, medicina, literatura, economía y la paz; los premios se deciden y entregan en Estocolmo, salvo el Premio de la Paz que se determina por el Comité integrado en Oslo, cuyo presidente, Jürgen Watne Frydnes, el viernes pasado, anunció que le corresponde a María Corina Machado por “su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos del pueblo venezolano y por su lucha por lograr una transición justa y pacífica de la dictadura a la democracia.”
Se trata de una de las mujeres más destacadas por su liderazgo en América Latina y en el mundo, que encabeza la oposición venezolana y tiene una larga trayectoria en defensa de los derechos humanos, de los valores cívicos y del monitoreo electoral en su país, donde fundó la organización Súmate. En años recientes ha sido objeto de bloqueos y persecución del gobierno. Actualmente vive escondida por amenazas directas a su seguridad e integridad física y la de su familia. Su lucha ha defendido una transición democrática pacífica, incluso cuando el entorno político se ha radicalizado en su contra. Su compromiso con la democracia ha trascendido a Venezuela y su figura inspira a movimientos pro-derechos humanos en varios países.
El Premio otorgado a María Corina Machado refuerza la idea compartida por muchos consistente en que la lucha por la democracia trasciende el ámbito local y hoy tiene una connotación universal, porque ningún pueblo puede ser ignorado ante la expansión del autoritarismo que le restringe derechos y libertades. El galardón debe entenderse no solo como un reconocimiento, sino, además, como un escudo que la blinde ante los riesgos que hoy enfrenta. Es deseable, también, que la protección y atención internacional sobre su persona y su movimiento se incremente, porque ahora estimulará nuevas luchas y movimientos pacíficos en muchos lugares del planeta, donde opositores yactivistas de la ciudadanía democrática sufren represión y amenazas.
Otro de los propuestos para recibir este Premio fue el presidente de los Estados Unidos, por ello, al darse a conocer la noticia, la Casa Blanca, en voz delDirector de Comunicaciones, Steven Cheung, remarcó que Donald Trump “seguirá logrando acuerdos de paz, poniendo fin a guerras y salvando vidas…Tiene un corazón humanitario, y nunca habrá nadie como él que pueda mover montañas con la pura fuerza de su voluntad … El Comité del Nobel demostró que prioriza la política por encima de la paz.” Por su parte, María Corina Machado en su cuenta de X publicó una carta que quedará para la historia en la que afirma recibir el Premio en nombre de su pueblo y que: “Nuestro pueblo entendió que no puede haber paz sin libertad y que conquistarla y defenderla requiere una enorme fuerza moral, espiritual y física. Venezuela será libre y este logro propagará coraje y esperanza por todas las Américas, porque la democracia y la libertad son los pilares que nos unen.”
En suma: se trata de un Premio que, como ha ocurrido en muchas ocasiones, ha generado reacciones diversas en muchas latitudes, unos a favor, otros en contra; es un Premio que también nos recuerda la importancia de preservar condiciones adecuadas para la vigencia de los derechos humanos y la democracia, sobre todo, cuando se dan amenazas que los ponen en peligro. Enhorabuena por la entrega de un reconocimiento mundial que también reconoce el esfuerzo, los valores y aportaciones de las mujeres en un mundo convulso que experimenta múltiples cambios y enfrenta diversos desafíos.
Magistrada del Tribunal Electoral del Estado de Michoacán
@YurishaAndrade