Después de la conquista de México-Tenochtitlan en agosto de 1521, los españoles comenzaron a explorar los territorios vecinos al valle de México y atraídos por las noticias de la existencia de otro gran señorío, fijaron sus objetivos en Michoacán

Daniel Adrián Ortiz Macarena

Después de la conquista de México-Tenochtitlan en agosto de 1521, los españoles comenzaron a explorar los territorios vecinos al valle de México y atraídos por las noticias de la existencia de otro gran señorío, fijaron sus objetivos en Michoacán. Para este momento, los tarascos ya estaban más que informados sobre la forma de proceder de los españoles, además de la suerte que sufrieron los mexicas, por lo que el cazonci Tzintzicha Tangánxoan II debió resolver cómo actuar ante la nueva amenaza. Esta situación fragmentó la opinión dentro del Consejo del cazonci en dos posturas, aquellos que buscaron la confrontación violenta contra el invasor y el bando que propuso recibir en paz a los españoles.

Primero, identifiquemos al probable cabecilla que proponía no recibir a los españoles y luchar, el señor Timas, quien se puede percibir como un opositor a tener tratos pacíficos e incluso cuando vio que la actitud del cazonci era favorable a la paz y que serían recibos los españoles en Tzintzuntzan, Timas y otros señores sugirieron al cazonci que mejor ser ahogara en el lago de Pátzcuaro antes que fuese sometido y esclavizado, consejo que no fue atendido por Tzintzicha Tangánxoan II.

El bando que optó por pactar pacíficamente, podemos proponer, fue liderado por Tasháuacto, a quien también se le nombró por la versión náhuatl de su nombre, Huitzitziltzi. Tasháuacto, apoyado por su hermano menor, Cuinierángari, sería realmente el artífice de la sumisión pacifica de los tarascos por los motivos que presentaremos a continuación.

Creemos que Tasháuacto ocupó una posición muy importante y cercana a Tzintzicha, el cargo de gobernador o angatácuri. También se podría tratar del hermano del cazonci que Hernán Cortés conoció durante una embajada tarasca, colocando a Tasháuacto como uno de los primeros miembros de alto mando tarasco en interactuar con los españoles. Las fuentes lo mencionan como una persona que pronto se aficionó a las cosas de Castilla y que sentía simpatía por ellos. Otro factor que convenció a Tasháuacto ir por la vía pacífica fue ver el trato que recibieron los tlaxcaltecas por aliarse con los españoles, ideando así la estrategia para llevar al Tzintzuntzan Irechecua en buenos términos con los invasores y conseguir un acuerdo beneficioso, con lo cual buscar conservar su posición política y acceso a los tributos y mano de obra, a pesar de entregar sus dominios y recursos.

La lucha entre facciones al interior del Consejo del cazonci, se resolvió una vez que Tzintzicha fue convencido por Tasháuacto y Cuinierángari de pactar con los españoles. En el mes de julio de 1522, llegó a Michoacán la expedición capitaneada por Cristóbal de Olid, al mando de alrededor de 200 españoles, 5000 o más aliados indígenas, quienes ocuparon Taximaroa. Ahí fue capturado Cuinierángari y se entrevistó con Olid, quien le envió con el cazonci para comunicarle que no venían a luchar, se propuso un punto de encuentro entre el cazonci y el capitán Olid, siendo recibido en Tzintzuntzan el 25 de julio de 1522.

 Poco después, el cazonci reconoció su vasallaje al rey de España y para ello debió entrevistarse con Hernán Cortés en su campamento de Coyoacán. La entrevista con Cortés debió suceder entre julio-noviembre de 1522, quedando el Tzintzuntzan Irechecua sometido a los intereses de los españoles. Olid después de noviembre regresó al valle de México y de momento los españoles no se instalaron en Tzintzuntzan, por lo que todo debió continuar con sus costumbres y su vida cotidiana. Para finalizar la disidencia, Tzintzicha Tangánxoan II ordenó a Cuinierángari que efectuará la ejecución de Timas y de los otros señores que le sugirieron el suicidio. De esta forma se puso fin al conflicto que pudo fracturar la estructura política del irechequa, que pasó a cerrar filas en torno a su líder el cazonci y se mantuvieron unificados ante los futuros embates que sufrieron durante ese periodo de crisis, entre 1525-1533.

Resueltos los conflictos que nos harían pensar en una crisis política profunda que dejara a los tarascos incapaces de pelear, nos queda una pregunta, ¿por qué no enfrentaron a los españoles? La respuesta será motivo para futuros análisis que presentaremos con los compañeros de Mechoacan Tarascorum.

Daniel Adrián Ortiz Macarena es Maestro en Historia por la Facultad de Historia-UMSNH. Doctorando en Estudios Novohispanos de la UAZ. Estudioso del pasado virreinal y el gobierno indio entre los siglos XVI-XVII. Miembro de Mechoacan Tarascorum.