La sorprendente inteligencia de los cuervos suma una nueva habilidad: la distinción de formas geométricas irregulares. Un estudio detalla cómo identifican la forma intrusa.

Ciencia. Los cuervos son animales con sorprendentes capacidades a la que se suma ahora la de distinguir espontáneamente formas cuadriláteras irregulares, una habilidad que se pensaba que era exclusivamente humana.

Un estudio de la Universidad de Tubinga (Alemania) que publica Science analizó la capacidad de dos cuervos adultos para distinguir, en un primer intento y sin entrenamiento previo, la forma geométrica intrusa entre una serie de cuadriláteros irregulares, incluso en distintas posiciones y orientaciones.

Los experimentos similares realizados con primates no humanos no tuvieron éxito, lo que sugiere que los cuervos pueden tener un sentido visual de la geometría euclidiana único en el mundo animal. Además se cree que las aves utilizan las irregularidades espaciales para orientarse.

Los investigadores se centraron específicamente en cuervos carroñeros (Corvus corone corone), conocidos por su inteligencia y habilidades aritméticas.

El estudio comenzó presentando a cada cuervo un conjunto de seis formas no cuadriláteras, como cinco estrellas (cada una de distinto tamaño, posición y rotación) y una luna creciente, tras lo que animaron a las aves a picotear la forma intrusa.

A continuación, repitieron el experimento mezclando cuadriláteros, incluyendo cuadrados, trapecios, rombos y otras formas de cuatro lados más irregulares. Cada ensayo incluía de nuevo cinco formas idénticas con posición, rotación y tamaño variables, y una forma intrusa.

Los cuervos “fueron capaces de aplicar inmediatamente este concepto de intruso a los cuadriláteros, identificando el que presentaba propiedades geométricas diferentes en comparación con los demás del conjunto”, escriben los investigadores.

En las diferentes pruebas, el primero de los cuervos detectó el cuadrilátero intruso el 48,3 % de las veces y el segundo lo logró el  56,7 %, ambas probabilidades superiores al 16,7 % del azar.

El análisis detallado de su rendimiento en múltiples ensayos sugirió que los cuervos no adquirieron su percepción de la regularidad mediante el aprendizaje durante los ensayos, sino que la capacidad estaba presente desde el principio de la prueba.

Los cuervos exhibieron un efecto de regularidad geométrica, mostrando un mejor rendimiento con formas que presentaban ángulos rectos, líneas paralelas o simetría frente a formas más irregulares.

La tasa de éxito disminuyó a medida que los investigadores empezaron a presentar cuadriláteros más complejos, con ángulos más variables y menos simetría.

Los resultados sugieren que los cuervos pueden identificar irregularidades en formas bidimensionales basándose en los ángulos y las longitudes relativas de los lados.

Los investigadores consideran que “las intuiciones geométricas no son específicas de los humanos, sino que están profundamente arraigadas en la evolución biológica”, indica el estudio.