Fotógrafo, cineasta y creador audiovisual originario de Morelia, ha trabajado junto a artistas de la comunidad LGBTQ+ en proyectos que entrelazan lo íntimo con lo político
Yazmin Espinoza, colaboradora La Voz de Michoacán
Con una cámara como aliada y el cuerpo como territorio político, Christopher Bedolla ha hecho del cine y la fotografía una trinchera para contar historias de orgullo, disidencia y ternura. Esta es su mirada sobre el arte, la identidad y lo que significa documentar lo queer desde Morelia.
La lente de Christopher Bedolla no solo enfoca: cuida, cuestiona, acompaña. Fotógrafo, cineasta y creador audiovisual originario de Morelia, ha trabajado junto a artistas de la comunidad LGBTQ+ en proyectos que entrelazan lo íntimo con lo político. Su trabajo más visible —la cobertura visual de la marcha del Pride en la ciudad— convive con procesos más prolongados: retratos, documentales y videocreaciones que dan lugar a la diversidad no como categoría, sino como posibilidad viva. En el marco de la edición Morelia Queer, conversamos con él sobre lo que significa narrar desde los márgenes, documentar resistencias y construir belleza en comunidad.
Para ti, ¿cuándo comenzó la relación entre tu mirada, el cuerpo y la cámara?
Empezó en la prepa, jugando a observar a las personas: cómo eran, cómo se comportaban. Siempre me han llamado la atención los rostros y cuerpos que escapan de lo hegemónico. Desde entonces tenía ese ojo. Con una cámara digital empecé a hacer mis primeros experimentos, de forma muy amateur.
Ya en la universidad, estudiando Comunicación, descubrí todo lo que podía crear. Aunque exploré otras artes, siempre regresaba a la fotografía: era lo que realmente me movía. Al principio tenía muchas barreras mentales, sentía que no tenía las herramientas necesarias. Pero cuando por fin tuve mi primera cámara semiprofesional, todo cambió. Me acerqué a un compañero, Rodolfo Ayala, y aprendí muchísimo con él. Desde joven me ha gustado el cine y también la moda; me interesaba cómo las modelos trabajan con el cuerpo. Al salir de la carrera intenté hacer editoriales, pero me di cuenta de que mi trabajo se movía entre lo editorial y lo artístico, como en un punto medio. Al final entendí que lo mío era retratar personas siendo personas.
Has documentado en varias ocasiones la marcha del Orgullo en Morelia. ¿Qué significa para ti ser parte de ese archivo visual?
Mi primera marcha fue hace unos cuatro años, aunque yo sabía que era gay desde la prepa. Más adelante entendí que también me identifico como una persona queer. Siempre me han dolido las violencias hacia nuestra comunidad, pero por alguna razón nunca me había atrevido a ir a una marcha. Es algo que aún me pregunto: ¿por qué no fui antes?
La primera vez que asistí no se lo conté a nadie, solo sentí la necesidad de estar ahí. Tomé mi cámara y salí. Llevaba tiempo pensando en qué podía aportar a la comunidad con las herramientas que tengo. Al llegar, vi tanta belleza a mi alrededor: gente que conocía de la vida nocturna, ahora caminando bajo el sol. Fue poderoso. Mujeres trans, hombres trans, personas queer, drag queens… un espectro amplísimo. Pensé: ¿en qué momento decidimos escondernos? Esto es una nueva vida. Así me decidí a hacer fotos, no en modo documental, sino más retrato que es lo que yo hago. Fotografiaba a una persona y luego su amiga se animaba, y todas icónicas, empoderadas. Después las subí a mis redes, sin esperar nada, yo solo quería regalarle algo a la comunidad luego de que ha hecho tanto por mi. Y si alguien me pide la suya se la regalo, porque es un recuerdo que quiero que tengan de quiénes fueron ustedes en este momento.
¿Qué cambia cuando la persona detrás de la cámara también forma parte de la comunidad LGBTQ+?
Siento que hay algo distinto. Cuando retrato a alguien de la comunidad, es como si tuvieramos una conexión de todo lo que hemos vivido, lo que nos ha representado y a veces, incluso, todo lo que reprimimos. En esos momentos, trato de generar un ambiente de confianza donde la persona se sienta segura de mostrarse como quiera. A veces la timidez gana, pero intento ser cercano, amigable. Cuando eso sucede, algo se desbloquea… y de pronto, somos.
En un país con tantos discursos de odio, ¿cuál es el papel del arte visual frente a la violencia?
Yo no creo que México sea un país conservador: creo que es un país con miedo. Cuando aceptamos a alguien cercano que rompe con la norma, ya estamos transformando algo, ya estamos rompiendo como este esquema. En algunas ciudades es común ver a una mujer trans con la ropa que elige, o a un hombre con falda, caminando de día, , y a nivel artístico lo que creo que hace falta hacer es algo disruptivo.
El arte puede ser una herramienta para romper con costumbres viejas, y muchas veces eso pasa por incomodar. Pienso, por ejemplo, en artistas como Fabián Chaires, que logran sacudir al espectador porque tocan temas que siguen siendo tabú, como la sexualidad. Su obra incomoda, sí, pero porque nos confronta con lo que no hemos querido aceptar de nosotros mismos.
¿Cómo te gustaría que se leyera tu trabajo dentro de unos años? ¿Qué legado te interesa construir?
No tengo una respuesta definitiva, tal vez en el futuro cambie de opinión. Hace poco me asumí como persona queer, y eso también transformó mi perspectiva. Lo que sí tengo claro es que quiero seguir creando arte en pro de la comunidad LGBTQ+.
Me gustaría que mi trabajo se leyera como parte de una historia colectiva. Una memoria viva de cómo nos representamos en esta época, como personas LGBTQ+. Que las siguientes generaciones puedan mirar atrás y ver cómo éramos, cómo resistíamos, cómo nos mostrábamos. Esos abuelitos queer que seremos algún día. Desde la fotografía y el cine quiero seguir construyendo esa memoria: imaginar futuros posibles, prevenir desde la ficción y el documental, contar lo que somos.
¿Cuál es tu definición personal de orgullo?
Estar en paz con lo que eres, con lo que te rodea, y con lo que proyectas desde ahí.
Un retrato más personal
¿Una palabra que defina tu trabajo?
Revolucionaria.
¿Tu foto favorita?
A mi ex de secundaria, que ahora es drag queen.
¿Un artista que te inspire?
Fabián Chaires.
¿Una película que siempre te conmueve?
Todo sobre mi madre.
¿Una imagen que aún no has tomado, pero sueñas con hacer?
Muchos cuerpos desnudos de personas LGBTQ+, solo habitando el espacio.