Morelia, Michoacán

Sin pruebas pero tabién sin dudas, el dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Guillermo Valencia, aseguró que Santos M., alias el Kiko, capturado por su presunta responsabilidad en el asesinato de Salvador Bastida, alcalde de Tacámbaro, es un chivo expiatorio.

Aseguró esto porque considera que confesó con mucha facilidad, cuando en su experiencia, los que cometen un ilícito son como los maridos infieles, lo niegan hasta el final:

“Casualmente llegó con el juez y confesó como hizo todo… Yo que estoy acostumbrado a ver a los ‘angelitos’ cómo todo niegan, los detiene uno con las cosas robadas y con las armas homicidas y lo niegan. Están como el marido que se porta mal y lo cacha la esposa: ‘no, vieja yo no fui, es mentira’, ‘yo te vi’ , ‘no, viste mal’. Todo niegan, así son los delincuentes, pero el homicida del presidente municipal de Tacámbaro casualmente todo reconoció. Estoy seguro que es un chivo expiatorio”, declaró.

El priista dijo estar tan seguro puesto que aunque no conoce la carpeta de investigación, “así se las gastan los de la fiscalía”, así que también cree que las dos órdenes de aprehensión por el caso de Hipólito Mora son igualmente de chivos expiatorios.

Aseguró que es así porque hay intereses políticos involucrados en estos crímenes, que tienen que ver con la delincuencia organizada, y por ello prevalece la impunidad, además de que al Estado “le conviene” que haya inseguridad, puesto que así la gente no sale a manifestarse y no pone atención en otros temas como la falta de medicamentos.

En su discurso, Memo Valencia tambien aludió a Leonel Godoy, aunque sin decir su nombre, como “el que le abrió la puerta a Los Zetas en Michoacán”.