Fotos: Asaid Castro/ACG Morelia, Michoacán
Los duendes de la lluvia amagaron, pero no pudieron impedir esta reafirmación de fe. El Bola Suriana ccelebró por todo lo alto su 35° aniversario con un gran concierto en el Claustro Mayor de la Casa de la Cultura de Morelia que reunió ayer viernes 21 en la noche a cientos de fans.
Vestidos con guayaberas que mezclaban la tradición con los aires modernos, los Bola se movieron a su gusto en una tarina amplia dotada con los últimos recursos tecnológicos en el sonido y las luces, donde triunfó una música de raíces, llena de moralejas y emociones, alejada de los mensajes tóxicos de algunos de los géneros más populares de la actualidad.
Llegaron y encantaron. Y lo hicieron con estos temas propios, michoacanos, mexicanos y latinoamericanos con los cuales han ganado el aplauso y el reconocimiento siempre. El público se les entregó con gritos, aplausos y chiflidos para vivir una noche mágica donde lo impensable fue posible.
Los Bola abrieron fuego con el tema “Saludo michoacano” que nos anunció la llegada inmediata de esas pirekuas, corridos y sones de la memoria que fusionan la historia, el recuerdo y el folclore con una poesía con corazón de gente no exenta de ciertos toques irónicos y hasta sarcásticos.
Luego llegaron piezas como “Tinganio”, un canto a la música purépecha, al igual que la “Danza del maíz”, las cuales se combinaron con éxitos como “La muralla” con texto del Poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén, y “Dianesa”, un hermoso instrumental dedicado a una dama vinculada al grupo.
El concierto del grupo, fundado en 1989, con pocos cambios entre sus integrantes, se destacó por un excelente trabajo de voces y el uso magistral de instrumentos bases como la guitarrista, el violín, la flauta y la percusión.
Esto les permitió lucirse con la balona “La renca”, aplaudida y hasta bailada por algunos, y con el tema “De vuelta a la escuela”, que nos recuerdan los talleres y los conciertos didácticos que durante todo el año ofrece la agrupación en centros educativos de Michoacán en todos los niveles.
En el espectáculo se produjeron numerosos “baches”, porque al concluir cada pieza los músicos cambian de posición y, a veces, de instrumento, un reto que el grupo debe resolver de cara a presentaciones de mayor exigencia.
Al ver y escuchar a Bola Suriana muchos visualizaron los 35 años de trabajo de estos incansables trabajadores de la música: 23 producciones discográficas (No se hagan bolas… ¡esta es la bola!, es una de las más recordadas), y 36 giras internacionales por Estados Unidos, Sudamérica y Europa.
El recital, largo y lleno de búsquedas, terminó en el delirio de un público que canto y gozó sin cesar lo mismo sentado que parado en círculo alrededor del escenario.
El escudo de armas de Bola Suriana, o sea, su lucha por la vida, la prosperidad y la esperanza del pueblo mexicano y latinoamericano, en general, tuvo una nueva cita con el destino.¡Feliz cumpleaños!
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