No se han otorgado licencias para la venta de alcohol en la zona del Centro de Morelia, pero los permisos proporcionados por gobiernos anteriores no son revocables
Daire Zúñiga / La Voz de Michoacán
El Centro Histórico de Morelia, considerado Patrimonio de la Humanidad desde 1991, no se encuentra en riesgo de perder su nombramiento pese al incremento de bares y antros en la zona, aseguró el gerente del Centro de Morelia, Gaspar Hernández Razo, quien reconoció, sin embargo, que es necesario fomentar más áreas culturales y artísticos, pues la UNESCO determina que se debe realizar un control y regulación para preservar y promover los espacios históricos.
En entrevista para La Voz de Michoacán, el funcionario municipal afirmó que durante la última administración no se han otorgado licencias para la venta de alcohol en la zona del Centro de Morelia, sin embargo, refirió que los permisos proporcionados por gobiernos anteriores no son revocables, por lo que en tanto los comerciantes realicen el pago de renovación, la autoridad debe regular el funcionamiento en este tipo de negocios.
De acuerdo con información de la Asociación de Comerciantes y Vecinos del Centro Histórico de Morelia (Covechi), actualmente existen alrededor de 3 mil 200 comercios en la zona, de los cuales, cientos se dedican a la venta de alimentos y bebidas preparadas, entre ellas, bebidas alcohólicas en negocios como bares, hoteles, antros, cafés y restaurantes.
“Lo ideal sería que haya más espacios culturales, pero ahí entramos en una polémica, habría que decirles a los dueños que pongan un centro artístico o un museo y no es competencia del Ayuntamiento ni del gobierno, la propiedad privada es libre bajo los lineamientos de la Ley Federal de Sitios y Monumentos”.
Hernández Razo aseguró que incluso en los centros históricos de las ciudades de primer mundo hay un alto grado de gentrificación (…), y mencionó que la mayoría de éstos cuentan con un gran número de establecimientos para la venta de bebidas alcohólicas, por lo que según el gerente, es complicado que el Centro de Morelia sea un lugar de habitabilidad o un espacio prioritariamente cultural, ya que el turismo es otro de los factores por los que prevalecen este tipo de comercios.
Recordó que en la capital michoacana de los 7 mil 758 inmuebles que se encuentran en la zona de monumentos, la UNESCO catalogó a mil 113 como patrimonio; desde entonces solamente cuatro han desaparecido, y recalcó que el aspecto que se vigila es que los inmuebles permanezcan conservados, por lo que aseveró que no hay ningún riesgo para la pérdida de nombramiento como Patrimonio de la Humanidad.
Asimismo, explicó que en el caso de que los propietarios busquen realizar algún tipo de modificación o remodelación de sus inmuebles deben presentar un proyecto ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el cual es el encargado de garantizar la preservación de los edificios para que posteriormente el Ayuntamiento de Morelia otorgue una licencia de construcción.
Economía sobre cultura
Por su parte, para Erik Avilés Martínez, director de Mexicanos Primero y especialista en políticas públicas y desarrollo regional, opinó no hay un impulso a la cultura y en su lugar, se han priorizado objetivos económicos.
Reconoció el también exconsejero ciudadano, en el Centro Histórico se han aperturado establecimientos como bares y antros que no contribuyen a la identidad cultural de Morelia.
Señaló que en calles como Allende es común encontrar lugares donde hay ‘maquinitas’, mientras que en Eduardo Ruiz sigue presente el trabajo sexual, y refirió que como consecuencia de los atractivos recreativos del Centro de Morelia se ha complicado la zona de transición, afectando a colonias cercanas como Ventura Puente, La Obrera e Isaac Arriaga, “donde han aumentado los problemas de inseguridad y fenómenos que aparecen en los medios de comunicación”.
“No ha habido una sola política pública de alta prioridad para impulsar la cultura por encima del oportunismo económico… La lógica del capital ha subordinado a lo cultural a un segundo plano”, postuló.
Erik Avilés compartió que el proceso de gentrificación en esta zona viene de décadas y obedece a varios factores históricos como las protestas, su cruce con la principal avenida de la ciudad, contar con el nombramiento de Patrimonio Cultural de la Humanidad, y tener lineamientos más demandantes que el resto de la entidad para su desarrollo urbano y remodelación por parte del INAH y la Gerencia del Centro Histórico, lo que también ha derivado en problemáticas como despoblación y ala en inseguridad.