Cada 18 de marzo, México conmemora la Expropiación Petrolera, un acontecimiento clave en su historia que marcó la recuperación de los recursos petroleros en manos extranjeras.

Fue en 1938 cuando el entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río tomó la decisión de nacionalizar la industria petrolera, expropiando las compañías extranjeras que hasta ese momento controlaban la extracción y comercialización del crudo en el país. Esta medida se llevó a cabo en respuesta a los conflictos laborales entre trabajadores petroleros y las empresas extranjeras, quienes se negaban a mejorar las condiciones de trabajo y los salarios.

Con la expropiación, se creó Petróleos Mexicanos (PEMEX), empresa estatal encargada de la explotación, producción y distribución del petróleo. Este hecho no solo fortaleció la soberanía nacional, sino que también representó un paso importante en el desarrollo económico del país.

A 87 años de este suceso, la industria petrolera enfrenta nuevos retos, desde la competencia con energías renovables hasta la reforma energética y el papel del Estado en su manejo. Sin embargo, el 18 de marzo sigue siendo un recordatorio del poder de la soberanía nacional y de la lucha por los derechos de los trabajadores mexicanos.