Trump eleva aranceles del 100 por ciento a todas las importaciones chinas, provocando desplome en Wall Street y tensión global por minerales y software crítico
Estados Unidos.- El panorama económico global se vio alterado tras el anuncio del presidente de Estados Unidos (EUA), Donald Trump, sobre la imposición de aranceles adicionales del 100 por ciento a todas las importaciones de China, a partir del 1 de noviembre de 2025.
La decisión, anunciada a través de su plataforma Truth Social, responde a lo que Trump describió como una postura “extraordinariamente agresiva” de Pekín, que ha limitado la exportación de minerales de tierras raras y software crítico, esenciales para las industrias tecnológicas y manufactureras.
Trump justificó su medida señalando que China produce más del 90% de los imanes y minerales críticos utilizados en sectores como defensa, automotriz y electrónica. Estos recursos, ahora bajo estrictos controles, representan una amenaza estratégica en la competencia global y motivaron el ajuste arancelario más drástico en la historia reciente de EUA.
El impacto fue inmediato en los mercados internacionales: Wall Street perdió 1.5 billones de dólares en capitalización en un solo día, mientras el dólar registró movimientos significativos frente a otras monedas.
Los principales indicadores —Dow Jones, Nasdaq y S&P 500— sufrieron caídas superiores al 3%. La reacción de los inversores reflejó la incertidumbre sobre una posible escalada en la guerra comercial y las afectaciones en el flujo global de tecnología y materias primas.
Además, Trump advirtió que su gobierno impondrá controles estrictos a la exportación de todo el software crítico, endureciendo las condiciones para las empresas chinas que dependen de sistemas estadounidenses para sus operaciones globales.
Las tensiones alcanzan su punto más álgido desde la tregua acordada en el último trimestre, cuando ambos líderes habían planeado un encuentro diplomático al margen de la cumbre de APEC en Corea del Sur. Sin embargo, ante la nueva postura hostil de China, la reunión ha quedado en incertidumbre.
Las represalias comerciales entre las dos potencias prolongan la volatilidad en los mercados y podrían desencadenar una crisis económica global con efectos no solo en EUA y China, sino también en las cadenas productivas de Europa y América Latina. El sector tecnológico y automotriz será el primero en resentir la escasez de minerales y el acceso restringido a software esencial.
Con este cambio en la política comercial, Donald Trump busca fortalecer la posición de EUA y presionar a China para que flexibilice sus controles, apostando al poder de los aranceles como herramienta diplomática en una contienda que redefine el equilibrio mundial.