Morelia, Michoacán
Los reyes aparecieron esta mañana en la capital michoacana:Rey del Barrio, Rey Pocho y Rey Anubis, toritos de petate multicolores y folclóricos que engalanaron con sus bailes tradicionales y sus giros la Avenida Madero, desde la fuente Las Tarascas hasta las puertas de la Catedral.
El primer baile
El ambiente festivo inició desde las 11 de la mañana cuando los toritos, más de 80, y sus comparsas empezaban a llegar a la Calzada Fray Antonio de San Miguel. Las bandas acompañaban con su música el primer baile de calentamiento.
La gente aprovechaba para unirse al jolgorío con cada grupo que levantaba su torito para bailarlo, también buscaban un lugar a lo largo de la avenida para presenciar el paso de El Fantasma de la Obrera, El conquistador del Centro o La Perdición de La Soledad.
El desfile arrancó pasado el mediodía, poco importó el intenso sol, cada torito, cada apache, cada maringuía, cada caporal y cada picador lucían sus mejores pasos, llenos de sudor y entregándolo todo.
Todo el recorrido, acompañado de la música de las bandas, estuvo lleno de cascarones que al estrellarse con un objetivo al azar saltaba el confeti, la gente lanzaba espuma y bengalas de humo multicolor. El ambiente hacía relucir las magníficas construcciones de los toritos junto con sus aves, dragones, calaveras, pavorreales y demás figuras.
El Último baile
El momento cúspide llegó cuando El Mentiroso, El Todas Mías, El Pachuco, fueron arribando a la Catedral donde los esperaba un templete con una banda para amenizar su último baile.
Cada uno de los toritos de las diferentes colonias, La Obrera, El Centro, La Soledad, La Industrial, Las Flores, y muchas otras, fueron pasando para dar su último esfuerzo.
Sorprendieron y cautivaron El Irlandés, El Conse, El Cariñosito y El Intrépido, toritos de petate bailados por niños que recibieron el aplauso de todo el público.
Cada torito se retiró junto con su comparsa llena de energía, la gente disfrutó y se quedó hasta el final.
El baile continúa
Aún se escuchaba la música de las bandas que continuaban acompañando el andar de los toritos, la gente se comenzaba a dispersar entre las calles aledañas llena de confeti, espuma y polvos de colores.
El baile seguirá durante los siguientes días cuando los toritos recorran las calles de cada uno de sus barrios, haciendo que toda la ciudad se llene de música y la gente salga de sus casas para unirse al gran carnaval.
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