La disputa sobre el maíz genéticamente modificado destaca la necesidad de proteger la biodiversidad mexicana
México enfrentó un revés en su disputa con Estados Unidos y Canadá tras prohibir el glifosato y el maíz genéticamente modificado, según el informe de un panel del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
El panel determinó que la acción de México contraviene las normas del tratado comercial de Norteamérica.
Los tres especialistas del panel concluyeron que las políticas mexicanas sobre el maíz genéticamente modificado no satisfacen los estándares internacionales y científicos estipulados por el tratado.
Este veredicto provocó una respuesta vehemente del Gobierno mexicano tras la controversia impulsada por Estados Unidos, a la que se unió Canadá, al desafiar aspectos del decreto mexicano sobre el glifosato y maíz transgénico de 2023.
Tras el fallo, la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País (CNSMNP) argumentó que el panel favorece principalmente a las corporaciones transnacionales en lugar de proteger los intereses de la población mexicana o la sostenibilidad ambiental.
“La Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País (CNSMNP) expresa su postura frente al fallo emitido el dia de hoy en relación a la Controversia iniciada por el gobierno de Estados Unidos contra el Decreto Presidencial emitido el 13 de febrero de 2023 en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Este Decreto fue precedido por otro Decreto que se publicó en 2020 y por otras políticas impulsadas por el Gobierno entre 2018 y 2024.”
“Manifestamos que tanto el T-MEC como el fallo emitido por el panel están diseñados principalmente para proteger los intereses de las corporaciones transnacionales, en lugar de priorizar los derechos de la población mexicana o la sostenibilidad del medio ambiente. En este contexto, la controversia planteada revela una preocupación a nivel global: el riesgo que los alimentos genéticamente modificados representan para la salud humana y ambiental. Razón por la cual el gobierno mexicano ofreció a EUA realizar una evaluación de riesgos conjunta que cubriera las necesidades de ambas poblaciones, lo que EUA se negó a realizar por considerarla innecesaria. También evidencia los riesgos que representa que los alimentos básicos sean parte de los tratados comerciales y sean considerados como una mercancía y no como un bien prioritario para la humanidad.”
El Panel, compuesto por expertos en comercio internacional y no en ciencias ambientales o de salud pública, se limitó a resolver la controversia administrativa sin evaluar los impactos del maíz genéticamente modificado en la salud, biodiversidad o medio ambiente de México.
El debate sobre el maíz transgénico subraya la importancia de proteger la salud pública y el medio ambiente, reafirmando el compromiso de México en este frente. Este asunto sigue siendo crucial en la agenda nacional, y es esencial que la sociedad civil continúe apoyando la postura del Gobierno mexicano en esta materia.
¡Sin Maíz No Hay País! ¡México Sin Transgénicos!