El Estado se identificó como un grupo de hombres armados (desde una piedra hasta la energía nuclear) que lograron legitimar el uso de la violencia con el fin de controlar a quienes se resistían a ser dominados por ese poder
Rafael Alfaro Izarraraz
El Estado se identificó como un grupo de hombres armados (desde una piedra hasta la energía nuclear) que lograron legitimar el uso de la violencia con el fin de controlar a quienes se resistían a ser dominados por ese poder. Pero si bien es cierto el Estado ha sido definido como monopolizador de la violencia y de la política (porque de violencia ningún Estado puede existir), el Estado, actualmente, también es un grupo de hombres y mujeres que representan el uno por ciento de la población mundial y que se han apropiado del 95 por ciento de la riqueza mundial. Se trata de los “Amos del mundo” de acuerdo con lo que ha expresado el lingüista estadounidense Noam Chomsky, así como Umpiérrez y Estulin, entre otros. Puede existir una amenaza de violencia (ahora nuclear) e invasión de pueblos, pero el Estado fue convertido en patrimonio de un núcleo pequeño familias megamultimillonarias.
Existe una falsa historia creada por los historiadores de Occidente que reivindican el surgimiento del Estado como superación del antiguo Estado feudal. De una historia que ocurrió en el centro de Europa y la han querido universalizar o mejor dicho se universalizó como parte de la narrativa del mundo occidental. Sin duda alguna que en la línea histórica que han creado ocurrió, efectivamente, una disputa con el viejo Estado todopoderoso que se sustentó en la propiedad de la tierra y dirigido por príncipes y reyes que se autoproclamaron representantes de la divinidad católica en la tierra. Pero la verdad: el surgimiento del Estado sustentado en la industria y la ideología del progreso occidental viene de la conquista de pueblos de los continentes a los que invadieron y siguieron haciéndolo desde la conquista hasta nuestros días.
Después de la era colonial, imperial y neoliberal el Estado, como organismo articulador del modelo occidental de vida, ha caído en la máxima devaluación como alternativa articuladora de los intereses de los pueblos de Occidente. Primero fue utilizado para invadir territorios que fueron considerados como territorios conquistados por naciones europeas. La reacción de los pueblos logró expulsar a conquistadores, pero estos últimos dejaron raíces y un Estado imperial interior estuvo operando al amparo del Estado Imperial contra los pueblos. Finalmente, el Estado neoliberal a nivel global y en su expresión nacional fue expulsado de cualquier intervención a favor de los pueblos, las corrientes nacionalistas fueron doblegadas y el vacío fue llenado por mujeres y hombres afines a la economía de mercado que fue dominante.
En Eurasia (Rusia, China y la India) existe un tipo de Estado que apunta a sustituir al viejo Estado occidental de corte imperial, característica que lo identifica desde su nacimiento hasta nuestros días. Todavía resulta un enigma porque no existe un modelo claramente definido (en las transiciones históricas así ocurre) pues los BRICS son un conjunto de opciones, pero lo cierto es que el modelo de Estado chino/ruso parece sobresalir sobre los demás. Las fuerzas que lo empujan hacia un lugar en el que es observado no deja de ofrecer evidencias de que ahí está y de que se trata de una alternativa que busca la aceptación de los pueblos del mundo incluyendo por supuesto a las naciones que se encuentran alineados con Occidente por lo menos desde hace unos 500 años.
El modelo de Estado euroasiático que se ha colocado como una luz que brilla llamando la atención de los pueblos ha desafiado el poder del Estado hegemónico occidental en el comercio mundial, militar, tecnológico, cultural y político. China es ya la fábrica del mundo, lo que Estados Unidos fue durante la posguerra. Militarmente, ha surgido una potencia que empieza a superar a EU como es Rusia. Tecnológicamente, China apunta a convertirse en el eje de la tecnología en el mundo por delante de EU pues cuenta con la materia prima fundamental: las tierras raras y un alto desarrollo educativo. Políticamente, chinos y rusos, sobre todo los primeros, emergen como un proyecto que hace lo mismo que hacía Occidente, pero sin intervenir en la vida política de los pueblos.
Latinoamérica se ha alineado, tanto las derechas como las izquierdas, con los BRICS en términos de buscar apoyo económico. No existe nación en Latinoamérica y el Caribe que no haya recibido algún tipo de apoyo de los chinos y militar de los rusos para el caso de Cuba y Nicaragua. China, ahora participa de la economía cubana rompiendo el aislamiento impuesto por EU. Europa ha sido desplazada y China y Rusia se han convertido en una fuerza económica únicamente por debajo de Estados Unidos. De hecho, Brasil, Cuba, Nicaragua, Venezuela, Bolivia, Colombia, entre otras naciones se han inclinado a favor del proyecto global de China y Rusia, los BRICS. México, ha firmado a acuerdos con Brasil y la India, fundadores de los BRICS.
Pero existe un punto en el que el Estado Euroasiático no parece distinguirse con respecto al de Occidente. Es un modelo, tanto el chino como el ruso, mantienen la propiedad privada de la industria como espacio inalterable e intocable. Si bien es cierto que el modelo es atractivo de manera concreta y empieza a llamar la atención de ideólogos occidentales, lo cierto es que tiene esa característica como modelo que no lo hace enemigo de fuerzas económicas y financieras de Occidente. Es visto como virtud. Y el mensaje que tanto chinos como rusos han enviado al mundo es muy claro: acá se mantiene la propiedad, pero bajo el poder del Estado. Los poseedores de capital son respetados, pero es el Estado el garante de todo y aunque no es un estado anticapitalista si es una entidad controladora de lo privado.
Ahora bien, parece que al capital del exterior le ponen en pañales de seda. El Estado que surgió en Eurasia y que le disputa al Estado occidental la hegemonía en el mundo tiene un antecedente que no es menor y que debe resaltarse. En aquella parte del mundo de manera permanente, históricamente hablando, pero sobre todo desde el siglo XX, se han conformado inercias sociales disruptivas que siempre han tenido la pretensión de convertirse en una alternativa con respecto al reinado del modelo occidental de vida. La más reciente es que tanto en Rusia como en China se conformaron proyectos sociales alternativos al modelo occidental pero fundados e inspirados en ideologías (como el marxismo) que surgieron en Occidente, como fueron las corrientes marxistas y que se conocen como maoístas y leninistas.
Estas corrientes parecen olvidadas y a propósito sepultadas por anticapitalistas, pero en términos sociales en su momento realmente representaron un proyecto alternativo al modelo occidental capitalista industrial. En ese modelo no existían medias tintas como ahora lo representan el modelo de Estado Euroasiático. Se trató de un modelo inspirado en una clase, la obrera. Si el postcapitalismo occidental quiso eliminar a la clase obrera trasladando la industria hacia el Oriente eso no significa que se haya eliminado a los trabajadores industriales porque éstos ahora se han reproducido en el Oriente, eso está claro, pero bajo un modelo de Estado con matices de un superpoder en el que ni la burguesía (como clase) tiene más poder por encima del Estado, pero con márgenes de sobreviviencia.
No quiero decir que la reproducción de la clase obrera en Eurasia reviva el modelo marxista, socialista de vida. Debemos tener presente que ese modelo se inspiró en lo ocurrido en el centro de Europa. En realidad, no ocurrió lo que el mismo Marx suponía: la reproducción del capitalismo en todo el mundo y la conversión de la clase obrera en un poderoso y hegemónico núcleo social mayoritario. Igualmente, eso no implica negar la riqueza política de sus análisis y la validez de su propuesta de sociedades que tiendan hacia la igualdad y las diferencias acotadas con sobre el principio de un poder sujeto al interés popular. Es vigente poner fin a la odiosa vida sustentada en la apropiación por la vía de la violencia y el engaño. Igual, el interés por crear una sociedad donde participen todas las fuerzas sociales para crear algo superior desde el punto de vista cultural, tecnológico y espiritual.
Preguntas obligadas a partir de considerar que los “Amos del mundo” no son un bloque homogéneo: el Estado Euroasiático ¿es una alternativa más que buscan los que se creen “amos del mundo” para salir airosos de la encrucijada en que se encuentran, no obstante haber derrotado al modelo anticapitalista que surgió en su propio espacio y que se concretizó en Eurasia como modelos rusos y chinos durante el siglo XX? Entonces, ¿La opción del Estado euroasiático es una alternativa al modelo occidental o es una continuidad del mismo? El modelo occidental está en crisis ¿por razones de incapacidad de construir una estrategia política o por la ausencia de uno de los componentes de capital que es la materia prima indispensable (las tierras raras) para los proyectos tecnológicos de la actualidad como mercancías?
Es inobjetable. El Estado Euroasiático está en ciernes, el viejo Estado Occidental está herido.