Entre más lejos se esté de «las orillas» de las placas tectónicas, la sismicidad tiende a ser menor o menos perceptible
Agencias / La Voz de Michoacán
Morelia, Michoacán. Actualmente se sabe más acerca de los terremotos: cómo se originan e incluso en qué países se dan con mayor frecuencia.
También se conoce que algunos de los más poderosos jamás registrados nacieron en el cinturón sísmico circumpacífico, donde han tenido lugar alrededor del 81 por ciento de los sismos más intensos de los que se tiene conocimiento, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés).
Aunque no todos causan gran impacto, lo cierto es que los sismos son un asunto cotidiano para la Tierra ya que los continentes están dispuestos sobre grandes piezas movibles que de vez en cuando se deslizan, provocando así las sacudidas.
Sin embargo, ¿es posible que haya algún punto en el mundo en el que no tiemble o que tiemble poco? ¿de qué depende?
Sismos, ¿pocos o nada?
Las placas tectónicas son grandes fragmentos de la corteza terrestre que ocasionalmente se mueven. Usualmente los terremotos se producen muy cerca de los límites entre estas placas, ya que su movimiento e interacción provocan que el suelo se sacuda.
Según la Universidad de Costa Rica, lejos de estas zonas en las que las placas conviven, “prácticamente no tiembla”. Sin embargo, y como aclara la USGS, “pueden producirse pequeños terremotos en cualquier parte del mundo”.
En este sentido, el continente con menos terremotos es la Antártida, ya que se ubica sobre una sola placa, y los límites de la misma están lejos del territorio. Entre más lejos se ubiquen de ‘las orillas’ de las placas tectónicas, la sismicidad tiende a ser menor o menos perceptible.
Brasil es otro ejemplo: el país que se encuentra alejado de los límites de la placa Sudamericana, por lo que, aunque cada semana se registre un sismo, la gran mayoría resultan imperceptibles para la población.
El este de Canadá comparte similitudes: se encuentra en una región continental estable dentro de la placa norteamericana, por lo que también tiene una tasa de actividad sísmica relativamente baja, como explica el gobierno canadiense.
Sin embargo, ocurre algo particular: pese a que gran parte del país se encuentra lejos de la región fronteriza entre placas, han ocurrido terremotos grandes y destructivos en el pasado.
Según reportes de las autoridades canadienses, aún no hay una explicación clara al respecto, la hipótesis principal es que los terremotos tienden a ocurrir en áreas donde la corteza terrestre es más débil y podrían estar relacionados con tensión acumulada en la región.
El movimiento nunca es igual
Aun cuando un continente pertenezca a una misma placa e incluso comparta una zona geográfica, siempre existen variaciones, por ejemplo, en las Islas Británicas la mayoría de los terremotos se producen en el lado occidental del territorio. En el este de Escocia y el noreste de Inglaterra los sismos están casi ausentes.
En Irlanda la actividad es tan baja que parece no sufrir de estos fenómenos naturales, como explica el Servicio Geológico Británico (BGS, por sus siglas en inglés).
La marcada diferencia entre zonas llamó la atención de un grupo de geofísicos de Dublín, quienes descubrieron que la litosfera (capa externa rígida de la Tierra, que forma las placas tectónicas) es más gruesa y fría debajo de Irlanda en comparación con Gran Bretaña.
Esto significa que la corteza terrestre debajo de Irlanda es menos propensa a deformarse, lo que reduce la probabilidad de que se produzcan terremotos en esa región, según los resultados de su estudio publicado en mayo de 2023.
Estados de México donde tiembla menos
México es considerado un país de sismos. Su ubicación sobre cinco placas tectónicas lo convierte en escenario de múltiples sacudidas, algunas más agresivas que otras.
Por ello, y con el fin de establecer un “diseño antisísmico” se dividido en cuatro zonas: la Zona A, con muy poca actividad sísmica y sin registros importantes en 80 años; las Zonas B y C, con sismos menos frecuentes o menos intensos, con aceleraciones del suelo que no superan el 70% de la aceleración del suelo; y la Zona D, con alta actividad sísmica, donde los terremotos son frecuentes y poderosos.
Los estados en los que el movimiento es casi nulo son Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Yucatán y parte de Chihuahua, Durango, Zacatecas, San Luis Potosí, Campeche y Quintana Roo.
Estas regiones se encuentran más alejadas de los límites entre placas. La sismicidad en el resto del país va de moderada a severa, según datos conjuntos de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el Servicio Geológico Mexicano (SGM) y el USGS.
Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Colima y Jalisco son los estados con mayor sismicidad en la República debido a la interacción de las placas oceánicas de Cocos y Rivera que subducen con las de Norteamérica y del Caribe sobre la costa del Pacífico, justo frente a estos estados.
Veracruz, Tlaxcala, Morelos, Puebla, parte de Nuevo León, Sonora, Baja California, Baja California Sur y la Ciudad de México también se ven afectadas —aunque de manera menos directa— por el desplazamiento de estas placas.
El caso de la CdMx
La capital del país, así como la región que comprende el Valle de México está en la "Zona B”, sin embargo, también se puede subdividir en tres zonas según el tipo de suelo, que influyen en cómo son percibidos los sismos.
Por ejemplo, la Zona I (firme o de lomas) se ubica en las regiones más altas del valle y tiene suelos duros y resistentes que no se comprimen fácilmente, por lo que ‘bloquean’ parte de la energía sísmica.
La Zona III (de lago), está en áreas donde antes había lagos, como el Lago de Texcoco y el Lago de Xochimilco por lo que el suelo es muy blando y tiene mucha agua, ocasionado que las ondas sísmicas se amplifiquen más. La Zona II (de transición) tiene características intermedias entre la Zona I y la Zona III.
¿Y Michoacán?
Michoacán es una de las cuatro entidades del país donde existe mayor riesgo de que se registre un sismo de gran magnitud, según información dada a conocer por el Sismológico Nacional y el Centro Nacional para la Prevención de Desastres (CENAPRED).
En la zona donde están entidades como Jalisco, Michoacán, Guerrero y Oaxaca, han ocurrido con frecuencia grandes temblores y las aceleraciones del terreno pueden ser superiores a 70 por ciento.
Protección Civil Estatal también ha confirmado que Michoacán es considerado uno de los estados con mayor riesgo a daños colaterales en materia de sismos según el Atlas de Riesgo Nacional.
Tierra Caliente y la Costa son las zonas que más daños llegan a registrarse cuando se detecta un sismo superior a los 5 de magnitud, al igual que los estados de Guerrero, Oaxaca y Chiapas.