Morelia, Michoacán

Un ejército humano, el de Alfonso Martínez, invadió hoy el Ejido Chiquimitio, al norte de Morelia, en uno de las zonas protegidas de la capital michoacana.

A su grito de guerra, levantaron las palas y empezaron a cavar con vigor, con urgencia, antes de que el sol fluyera con todo su calor.

Cavaban, tomaban el racimo verde, separaban, sacudían, plantaban el pequeñito esqueje, cubrían raíces con la tierra roja y luego la apretaban, con fuerza, con amor. “Cada planta es como un hijo”, decía una mujer de pantalón caqui.

Es la primera jornada de reforestación municipal, en un precioso terreno, con suelo muy accidentado, que reunió al ejército de Alfonso Martínez y que lo acompañó a cavar y a plantar, a devolverle a la tierra tantito de lo mucho que se le ha dañado.

Botas sucias, caras sonrientes. Cerca de 100 cadetes y algunos (20) policías y muchos, muchos empleados municipales, el grueso de confianza, pero todos ahí, dividiéndose en tres grupos para atender mejor el terreno.

Es el Ejido de Chiquimitío, ubicado justo a un lado de los ejidos de Quinceo 1 y 2. 2640 metros de las faldas del Cerro de Quinceo, el coloso tan lastimado en sus entrañas por la invasión humana.

Lo integran 18 ejidatarios, que lo tienen cerrado en el acceso principal y advierten que no toleran nada: ni robos, ni deforestación, ni saqueo de madera, dice el anuncio y donde, hasta hoy, era inédito que un alcalde los visitara, menos que les apoyara, por eso recibieron a Alfonso con harto afecto y gratitud, “desde que llegó siempre nos ha apoyado”, dijo el introvertido jefe de tenencia don David Ruiz Salgado, hombre del campo que no dudó en reconocer la importancia de la visita.

Morelia inicia así, con una jornada de cuatro horas corriditas, su primera reforestada. La meta del gobierno Alfonsista es plantar en esta temporada de lluvias, más de 68 mil esquejes, muchos de ellos, como los que hoy se plantaron, les fueron donados por Cofom, presente en el evento.

La meta es también abarcar al menos 50 hectáreas en distintos puntos de la mancha rural y urbana y que Morelia pueda, algún día, respirar mejor.