Morelia, Michoacán

Han pasado 2 mil 192 días desde aquél 17 de marzo de 2019, cuando la noticia de la desaparición de Nilda Rosario Francisco de la Cruz, de apenas 23 años, se difundió por todos los medios posibles.

Hoy, 17 de marzo de 2025, su asesino confeso, su pareja Nicolás G., cumple casi la mitad de su condena -15 años- y pese a ello, el malsabor de boca perdura: una justicia injusta rasga cualquier expresión concebida.

La tarde de este martes, familiares y amigos de Nilda volvieron a salir a las calles. Esta vez fue sólo en la emblemática fuente de Las Tarascas.

Es el sexto aniversario de su feminicidio. Es el sexto año que sus seres queridos e incluso personas que nunca la conocieron personalmente, salen y gritan carteles en mano, rodeados de veladoras y lágrimas.

Esta vez el símbolo de esa injusta justicia se reflejó en el agua de la fuente que fue teñida de rojo, rememorando la sangre derramada de la joven estudiante de la facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH).

El mensaje sí fue el de siempre, pintado en la gran lona: “a la justicia se le olvidó que una vida no tiene precio. Mi vida no valía 15 años!!”.

El 17 de marzo de 2019, Nilda Rosario Francisco fue reportada desaparecida y tres meses después su pareja, Nicolás, fue detenido por su presunta participación en los hechos.

El martes 24 de junio, sin haber logrado ubicar a la joven estudiante y residente de la Casa Nicolaita Rosa de Luxemburgo, la FGE obtuvo los datos de prueba suficientes para acusar penalmente a Nicolás como el responsable de su desaparición.

Nicolás se negó a decir dónde estaba el cuerpo, pese a ello, un juez de control otorgó la orden de aprehensión.

Nicolás G., fue llevado al Centro de Reinserción Social “Lic. David Franco Rodríguez”; se vinculó a proceso y luego fue condenado: 15 años de cárcel, una sanción que significa nada, a sentir de sus dolientes, porque la vida de Nilda “no valía 15 años”.

Casi un año después de su desaparción, el 18 de marzo de 2020, el cuerpo de Nilda Rosario Francisco de la Cruz fue encontrado en Ajuchitlán del Progreso, Guerrero. El 20 de marzo, la Fiscalía del Estado (FGE) confirmó que la joven estudiante del noveno semestre de Veterinaria, murió por asfixia mecánica por estrangulamiento a manos de su entonces pareja sentimental.


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