ENTREVISTA / Voz sui generis

Rita Gironès

Siempre he pensado que un escritor podría, puede, vivir en cualquier lugar del mundo. También que, para dedicarse a la escritura, no es suficiente con leer libros. El escritor debe abandonarse a la lectura del mundo, a su hazaña y a la comprensión de sus recovecos en él. Si no, ¿cómo podrían narrarse las vicisitudes de otros sin perder el eje propiamente? ¿cómo aventurarse a la escritura -real o imaginaria- sin tratar de entender sus porqués? Paradójicamente, el escritor es un intérprete de silencios, propios y ajenos. Neftalí Coria nos invita a conocer el modo en que los caracteres se conocen y se desconocen a sí mismos. No son pocos los desafíos y contratiempos creativos que conlleva el viaje de la escritura. Actualmente, el autor y director teatral se aventura a una nueva puesta en escena, adaptación dramática de una novela de Sábato. Cuenta algunos capítulos personales mientras saborea su café: el descubrimiento del teatro de la mano de Sergio Magaña; el nacimiento de sus hijos; y cuando cayó en la cuenta de la gran responsabilidad que resulta ser un escritor: siempre los lectores buscan (buscamos) una tabla en el mar.

¿Qué querías ser de niño?

Yo quería ser doctor y policía. Mi padre me regaló una gorra de policía, entonces dije que quería ser policía.

¿Qué quieres ser ahora?

Ahora quiero ser buen amigo de mis amigos. Quiero ser uno más en los grupos de los buenos amigos que tengo. Y quiero seguir siendo lo que descubrí que quería ser en mi juventud: escritor. Nunca lo dudé y me ha costado mucho, pero todavía quiero ser un escritor. También pienso retirarme pronto, ya he escrito mucho, ¡también merecemos una jubilación de la imaginación!

Principal rasgo de tu carácter.

Oigo música y me conmueve mucho, a veces me hunden en una especie de melancolía suave hasta el llanto. Soy paciente.

¿En qué punto convergen escritura y vida?

Hay una línea muy delgada entre la vida y la escritura. Si bien hay mucho de autobiográfico en la obra, en ese punto en que la vida se reúne con lo que empiezo a escribir, la imaginación es muy astuta y me desvía, se transforma la historia y el poema encuentra nuevas visiones. Todo esto se lo debo a la realidad, como dijo Víctor Manuel Cárdenas en un poema: “Yo amo la realidad, pero pocas veces estoy en ella”. Justo en el punto donde se reúnen escritura y vida, podría darse el inicio de una novela, de un poema, de una obra de teatro o de mi columna.

¿De qué sirve el arte en un mundo tan caótico como este?

El arte, ante un lector o un espectador, va a la intimidad. La flecha del arte va directamente a la intimidad de una persona. Si esa intimidad es flexible y deja entrar lo que el arte le da, se puede transformar. Creo mucho en la revolución del arte en las personas.

¿Qué valor le das a las palabras y qué valor al silencio?

Al silencio le doy un valor muy alto. En el silencio nace todo lo que puedo crear, aquello que después los otros escucharán. Finalmente se escriben silencios. Hay una resonancia abstracta de lo que uno está pensando. El discurso del pensamiento está lleno de palabras, pero viven en el silencio. Ese valor tiene el silencio, caben las palabras dichas en el silencio, pero también cabe el cansancio hacia el sueño y eso también me gusta. De las palabras, celebro su música. Me gusta leer en voz alta y compartir su música. Ese es el valor que le doy a las palabras, un valor musical.

¿Con qué personaje histórico te sentarías a platicar y de qué hablarían?

A mí me gustaría sentarme a platicar con Emma Bovary. Tomar un café con ella y mirarla. Conversar con ella sobre París… y esperar que se enamorara de mí.

¿Qué cualidad admiras en las personas, y qué detestas de la gente?

Me gusta mucho escuchar a una persona que ame la vida y que se note en su discurso. Detesto que cuando yo en una conversación cuento algo que me asombra y me respondan que eso no funciona. Me parece ruin que desarmen mi asombro.

¿De qué te sientes orgulloso?

Me siento muy orgulloso de mis hijos.

¿Te arrepientes de algo?

Me arrepiento de haber amado a ciertas personas.

¿Cocinas normalmente? ¿Tienes buena sazón?

¡Buenísimo! Olvido las recetas, pero improviso. Para cocinar soy como un jazzista, pero malo, desafinado (Risas). Soy especialista en huevos revueltos, huevos a la mexicana, me salen muy bien.

Primera palabra que llegue a tu mente después de la mía.

Mujer: El mar.

Hombre: Acantilados.

Arte: Amarillo.

Futuro: Turbulento y maravilloso.

¿Tienes algún amor platónico?

Sí, tengo un amor platónico y su nombre empieza por “J”.

¿Qué harías si fueras millonario?

Uf, qué miedo... Lo primero que haría es comprar libros.

Tres cosas qué te llevarías a una isla desierta.

Tres libros.

¿Crees en el destino?

Sí.

¿Qué es para ti la Cultura, Neftalí?

La Cultura es una base fundamental para que podamos comprender el mundo en el que vivimos. Eso incluye varios frentes: qué se da en la tierra donde pisamos; qué música y lenguajes se escuchan; qué maneras de mirar el día tenemos; qué formas de amar construimos; qué formas de violencia se viven; cómo es la ternura que hemos aprendido; cómo son los sentimientos; qué comemos y porqué... En una palabra, la Cultura es una raíz.