A 17 años del atentado ocurrido durante el Grito de Independencia en 2008, los recuerdos del día 15 de septiembre siguen siendo dolorosos para Salvador Díaz Fernández, quien sobrevivió al ataque con granadas que cobró la vida de su esposa y dejó heridas a sus hijos.
Este lunes, Salvador asistió a la ceremonia conmemorativa en la plaza Melchor Ocampo, lugar donde hace casi dos décadas se registró el ataque que conmocionó a la ciudad. Entre las banderas y flores colocadas en memoria de las víctimas, el hombre de 62 años recordó aquella noche en que la celebración patriótica se transformó en una tragedia que cambió su vida para siempre.
“Es algo que nunca se olvida. Algunos días logro seguir adelante, pero otros me siento apagado, paralizado por lo que pasó”, compartió Salvador, quien junto a sus hijos resultó lesionado por las esquirlas de las granadas. Su esposa, una de las ocho víctimas fatales, dejó un vacío que aún permanece intacto.
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A lo largo de los años, Salvador ha intentado reconstruir su vida. Sus hijos, ahora adultos de 32 a 35 años, concluyeron sus estudios y continúan con sus proyectos personales, apoyados por la pensión vitalicia que reciben como víctimas del atentado. Sin embargo, el trauma ha dejado huellas profundas: “La vida cambió por completo, ya nada es igual. Aprendes a seguir, pero la tristeza siempre regresa”, expresó.
Durante la ceremonia, autoridades del gobierno estatal y municipal, así como sobrevivientes y familiares, recordaron a quienes perdieron la vida en aquel 15-S. La conmemoración incluyó actos simbólicos, palabras de reconocimiento y un minuto de silencio en honor a las víctimas.
Salvador confiesa que, a pesar del dolor que aún lo acompaña, la memoria de su esposa y la fortaleza de sus hijos lo motivan a seguir enfrentando los días difíciles y a mantener viva la conciencia sobre los efectos que un acto violento puede dejar en quienes lo sufren directamente.
Fuente: El Heraldo de México